Muchos barcos están pintados de rojo en la línea de flotación para llegar a ahorrar en consumo de combustible
El origen de esta idea se remonta a siglos atrás.
Pintar de color rojo la parte inferior del barco no es cuestión de estética, sino que responde a un objetivo que no es otro que ahorrar combustible (y por ende algo de dinero). El origen de esta idea se remonta a hace siglos, tal y como recoge SlashGear, que explica que al hacer esta acción se genera una capa pre protectora que funciona como biocida para evitar la presencia de organismos adheridos en las partes del recipiente que entran en contacto con el agua.
Y es que, cuando las algas, las conchas marinas o los gusanos se pegan al casco de barco, no solo estropea el vehículo, sino que aumenta el peso del barco y la resistencia del agua, lo que ralentiza la embarcación y favorece el desgaste de los sistemas de propulsión, pues congestionan la zona. El color elegido (el rojo) es debido al compuesto de óxido de cobre que se utiliza en este tipo de pinturas anticorrosión.
Existe una clasificación según los colores. El negro, por ejemplo, se emplea en los submarinos militares y contiene carbono negro, lo que ayuda a mantener la presión y a llegar a su destino lo antes posibles. Mientras tanto, el rojo, se emplea para evitar que aparezcan organismos marinos adheridos a nuestro barco y evitar que afecte al peso, velocidad y eficiencia del combustible.
El origen de esta tradición se remonta a los siglos XVII y XIX, cuando los barcos con cascos de madera comenzaron a utilizar una mezcla de pinturas con óxido de cobre para evitar problemas con estos organismos marinos. Con el paso del tiempo, esta práctica se ha convertido en algo común en varios tipos de embarcaciones en la industria naval moderna.
Además, el color rojo en esta zona también sirve para conocer el nivel de calado. Dicho con otras palabras, favorece comprobar la parte del barco sumergida debido al peso de carga del buque, algo fundamental para la seguridad y la estabilidad de la embarcación.