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Aitana Sánchez-Gijón: "Creo que ellos tienen que plantearse que su manera de relacionarse con nosotras tiene que cambiar radicalmente"

Aitana Sánchez-Gijón: "Creo que ellos tienen que plantearse que su manera de relacionarse con nosotras tiene que cambiar radicalmente"

La actriz, galardonada con el Goya de Honor 2025, protagoniza la cinta 'Tierra Baja'.

Aitana Sánchez-Gijón en la presentación de 'Tierra Baja'.GTRES

Con casi 40 años de trayectoria cinematográfica, Aitana Sánchez-Gijón recibe el Goya de Honor por toda una carrera dedicada al cine este sábado 8 de febrero en la gala que se celebra en Granada. No obstante, es por el momento el único cabezón que ha recibido la actriz, ganadora de la Concha de Plata a la Mejor actriz del Festival de San Sebastián por Volavérunt, ya que la única nominación al Goya hasta el momento la consiguió por Madres paralelas, de Pedro Almodóvar, en 2022.

En un primer momento y, tal y como hizo ver en la rueda de prensa posterior al anuncio del reconocimiento, Sánchez-Gijón llegó a estar a punto de rechazar el galardón que le ofreció Fernando Méndez-Leite por considerarse demasiado joven [es la segunda premiada más joven en recibirlo tras Antonio Banderas], aunque asegura a El HuffPost unos días antes de la entrega de premios que ya se ha "reconciliado bastante" con la decisión. 

"Sigo pensando que soy demasiado joven, sigo pensándolo, eso no ha cambiado, pero ya me he ablandado más y he dejado que todo el amor que he recibido se colocara en un lugar muy calentito de mi corazón y así estoy, con el corazón calentito", detalla.

Sobre si en algún momento ha pensado que fuera un reconocimiento que la Academia de Cine, que presidió entre 1998 y 2000, le debiese de alguna forma, la actriz lo niega. "No creo que la Academia me debiera nada, ni nadie me debiera nada, sinceramente. Me siento una de las actrices más afortunadas de este país. No he parado de trabajar nunca en mi vida y no me puedo quejar de nada. Todo esto es un extra que llega y que no pienso que me debiera nada nadie", recalca.

Precisamente a sus 56 años sigue sin parar de recibir proyectos, como el más reciente, Tierra Baja, dirigido por Miguel Santesmases y estrenado el pasado 31 de enero, en el que encarna a Carmen, una guionista que lleva un año retirada en un pueblo de Teruel en una masía familiar donde se esfuerza por recuperar la cosecha de aceitunas de la finca heredada de su abuela con el apoyo de una red de amigas y con el inevitable recuerdo de un amor pasado.

"No creo que la Academia me debiera nada, ni nadie me debiera nada, sinceramente. Me siento una de las actrices más afortunadas de este país"

Con Alcañiz como una de las localidades protagonistas y ese Bajo Aragón como uno de los protagonistas inevitables del filme, Sánchez-Gijón asegura haberse sentido "maravillosamente bien en este entorno", una narración de lo rural que ha ganado fuerza en los últimos años con numerosas producciones audiovisuales tras el breve éxodo urbano de la pandemia. 

“Es verdad que desde la pandemia ha habido un regreso a lo rural, al campo, muchas gente que ha abandonado sus vidas o ha querido iniciar una vida nueva, algunos de ellos se han vuelto con el rabo entre las piernas porque es duro", señala la actriz, que recuerda que en la cinta se plasma la "belleza impresionante" de la zona y la "dureza" de la tierra. 

"No obvia la dureza y la dificultad de sacar adelante una tierra como esa, abandonada por tanta gente, con tanta falta de mano de obra... Y esa testarudez de esa mujer que apuesta por una vida buscada en soledad, una manera de romper con esa vida anterior y de sacar con sus fuerzas y como pueda esas tierras. Eso me ha atraído mucho del personaje de Carmen", explica.

Su personaje, recuerda en cierto modo a Nat, la protagonista de Un amor, la historia de Sara Mesa que adaptó al cine Isabel Coixet con Laia Costa como protagonista, ambas son mujeres que se han trasladado a lo rural y el entorno mira con paternalismo y en cierto modo "sospecha".

"Las mujeres que se van solas son sospechosas, sobre todo parecen como fracasadas o que no tienen quien las quiera", se queja. "Es como si no pudieras elegir estar contigo misma porque te apetece y lo necesitas. Y eso es lo que ella reivindica, incluso en su entorno de estas mujeres amorosas y sostenedoras que tiene a su alrededor, pero también es como ‘dejadme en paz’. El otro [en Un amor] diciendo ‘que tendrías que tener un perro’, y ella 'que no quiero perro ni perrito que me ladre'. Es como que no quiero nada más que estar conmigo misma e intentar medir mis fuerzas para ver si soy capaz de sacar adelante esto", explica.

Una mirada que cambia sobre la mujer (y el acoso a la mujer) en el cine

Sánchez-Gijón, aunque sea todavía joven para recibir el Goya de Honor como ella misma recuerda, es uno de los ejemplos de actrices que mantienen su carrera. Otra de las protagonistas esta temporada es Emma Vilarasau, protagonista de Casa en flames y ganadora por este papel del Feroz y el Gaudí por este papel por el que opta también al Goya. 

Precisamente al recoger el Feroz quiso reivindicar el papel de las mujeres maduras. "El periodo más difícil de la vida, que es la vejez, siempre se ha mantenido oculto en la sociedad, y esta no puede permitirse perder la mirada de estas mujeres que han llegado a mayores", dijo al recibir el premio.

Sánchez-Gijón, aunque 10 años más joven que la catalana, está de acuerdo con que la mirada está cambiando y hay más proyectos con las mujeres en el centro y, también con mujeres mayores de 50. 

"Creo que eso también es consecuencia de que se han incorporado también muchas mujeres talentosísimas a la dirección, al guion, a todos los ámbitos, todos los oficios de esta profesión y que por fin se están incorporando esas miradas que faltaban", explica.

Pero en la pantalla no es el único ámbito cinematográfico donde la actriz cree que ha cambiado la situación. La protagonista de Un paseo por las nubes ha relatado en más de una ocasión los episodios de acoso sexual que ha vivido en la industria. En una entrevista con El País recordó cómo un director le estuvo "aporreando la puerta del hotel toda la noche" y, al día siguiente, la besó delante de todo el mundo. "Como para hacer ver: 'Me la follé', como un trofeo", recordó.

  Aitana Sánchez-Gijón en la presentación de 'Tierra Baja'.GTRES

Para ella, la perspectiva de estos casos, como el del director Carlos Vermut denunciado por tres mujeres en enero de 2024 por violencia sexual, ha cambiado no solo entre las jóvenes de las que dicen que lo "tienen más claro de salida", sino también entre las más mayores que tienen "las cosas más claras".

"Hemos tenido que hacer un trabajo como de mirar un poco a nuestro historial y con todas las historias que están saliendo constantemente, hablamos mucho entre nosotras. Hablamos de las cosas que nos han pasado y que en su momento naturalizamos y normalizamos o vivimos como simples molestias", explica. 

"Hablábamos de cómo desarrollar estrategias para escurrirte de estas situaciones, para evitarlas, pero la sensación de ‘no, no, no, es que ni hay que normalizar yo tengo que escurrirme, ni tengo que protegerme de algo que no tiene por qué suceder’ o sea, cambia también el prisma desde donde estamos viendo las cosas", añade.

"Eso es fantástico porque ese umbral de tolerancia ya se ha derrumbado y creo que eso hace que la impunidad también vaya descendiendo y que cada vez y que los hombres también se cuestionen y cuál ha sido su rol hasta el día de hoy", detalla.

"Hablábamos de cómo desarrollar estrategias para escurrirte de estas situaciones, para evitarlas, pero la sensación de ‘no, no, no, es que ni hay que normalizar yo tengo que escurrirme, ni tengo que protegerme de algo que no tiene por qué suceder"

Para ella, esto no solo se refiere a los casos de acoso sexual sino en la "manera de comportarse general que va desde la actitud emocionalmente irresponsable a la molestia al abuso, a la violación, a todo digamos, todo el rango que conlleva una manera patriarcal de entender la relación de los hombres con las mujeres".

"Creo que ese es el gran trabajo que tienen que hacer los hombres porque nosotras ya lo estamos haciendo pero creo que ellos tienen que plantearse que su manera de relacionarse con nosotras tiene que cambiar radicalmente", sentencia.

Sobre el caso de la Academia de Cine francés, encargada de los premios César, que han vetado a los acusados de acoso sexual de sus entregas de premios y si lo vería factible en España, la actriz duda sobre si esta es la medida correcta. 

"Esa situación en la frontera entre ser acusado y la presunción de inocencia y lanzarlo ahí a la hoguera pública... Ahí tengo ahí mis contradicciones y no tengo las cosas tan claras  respecto las medidas punitivas apriorísticas. Esas cosas también me dan un poquito de miedo", zanja.

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Marina Prats es periodista de Life en El HuffPost, en Madrid. Escribe sobre cultura, música, cine, series, televisión y estilo de vida. También aborda temas sociales relacionados con el colectivo LGTBI y el feminismo. Antes de El HuffPost formó parte de UPHO Festival, un festival urbano de fotografía en el marco del proyecto europeo Urban Layers. Graduada en Periodismo en la Universidad de Málaga, en 2017 estudió el Máster en Periodismo Cultural de la Universidad CEU San Pablo y en 2018 fue Coordinadora de Proyecto en la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE. También ha colaborado en diversas webs musicales y culturales. Puedes contactarla en marina.prats@huffpost.es