Aitana Sánchez-Gijón: "Hay que tener miedo a los nuevos imperialismos y las limpiezas étnicas"

Aitana Sánchez-Gijón pidió que fuera su gran amiga Maribel Verdú quien le entregara el Goya de Honor que ha recogido este sábado en Granada. Juntas iban a los casting y esa sororidad continuó a lo largo de las décadas.

Por eso, ni la una ni la otra han podido evitar emocionarse sobre el escenario. "Este para mí no es un Goya de Honor, es un Goya de Amor", afirmó Verdú entre lágrimas.

"Era un sueño para mí recibir este Goya de tu mano", respondió Sánchez-Gijón, quien en su discurso repasó su carrera, desde el vértigo al recitar las primeras líneas o su paso por La Barraca.

También tuvo palabras para el fallecido director Bigas Luna; para el amor de su vida, allí presente —Richard Gere, con permiso de su mujer—; para su madre. y sus dos hijos, presentes en el patio de butacas. 

Recordó además a las cuatro directoras para las que ha trabajado a lo largo de su carrera y tuvo un recuerdo para Marisa Paredes. Parafraseó su "no hay que tener miedo a la cultura, sino a la indiferencia, la mentira, el fanatismo y la violencia". Lo hizo suyo añadiendo un "hay que tener miedo a los nuevos imperialismos y las limpiezas étnicas".

"Muchas gracias por tanto amor. ¡Nos vemos en el cine!", se despidió.