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David Lorente: "Los políticos buscan que entre los ciudadanos haya un ánimo conspiranoico"

David Lorente: "Los políticos buscan que entre los ciudadanos haya un ánimo conspiranoico"

El actor participa junto a Juan Diego Botto, Israel Elejalde, Clara Segura y Elena Martín Gimeno en 'El Centro', la nueva serie de Movistar + en la que muestran las entrañas del CNI.

David Lorente, en una imagen de 'El Centro'.Movistar +

El CNI (Centro Nacional de Inteligencia) es una de las organizaciones más opacas del Estado español, por no decir la que más. Poco se conoce de quiénes trabajan allí hasta que no salta algún escándalo o casos,como la falsa relación del Pequeño Nicolás con el centro. Pero más allá de que sus miembros se parezcan a James Bond en cualquiera de sus encarnaciones, se parecen más a un funcionario administrativo que, como cualquier hijo de vecino, se cocina su táper para llevar a la oficina al día siguiente.

Así lo muestran David Moreno, como creador, y David Ulloa, como director, en la serie El Centro, que se estrenará el próximo 9 de octubre al completo en Movistar +. Este thriller de espionaje muestra las entrañas del CNI, cómo se comportan los trabajadores con sus familias y allegados, y cómo tratarían de frenar una operación en España por parte de los servicios de inteligencia rusos.

En un momento en el que la guerra de Ucrania tras la invasión de Rusia sigue siendo noticia, la situación geopolítica ha influido de cierta forma en el proceso de creación, más aún cuando la trama comienza con un doble asesinato en El Salvador de Bukele. 

"Nos influyó en el sentido de que buscábamos que fueran conflictos o que fueran temas bastante realistas. Entonces, todo eso estaba en prensa y empezamos a partir de ahí. El tema de Bukele probablemente no estaba tan presente, pero rápidamente nos llamó la atención y nos pareció un lugar y una situación estupenda para contar, para marcar el tono de la serie y por eso se arranca por ahí", explica su creador David Moreno.

La serie aborda una trama que involucra también a pseudomedios de comunicación que difunden bulos y las injerencias económicas que también son investigadas por el CNI. "Eso forma parte también de la serie, de la trama de la serie, porque creemos que efectivamente es una pata más, una herramienta más de la guerra geopolítica en la que nos hallamos", explica a El HuffPost David Ulloa, director de la producción.

"De hecho, en el caso de Rusia generalmente es un tipo de guerra que se lleva practicando desde hace muchísimo tiempo, que es la injerencia o el intento de injerencia o el intento de generar una sensación de caos en la sociedad a través de, en este caso también de la prensa, de los medios y de las fake news", añade. "Además es que hay muchas maneras de hacer la guerra. En este caso Rusia y lo que decimos, la injerencia o no injerencia, o sea, la injerencia de los ataques está en muchos campos, absolutamente muchos campos", explica Moreno.

"Realmente estamos en guerra. Los servicios secretos están peleando. Todavía no hay enfrentamientos directos entre algunos países, pero sí que lo hay"
Israel Elejalde, actor

Más allá de los cerebros de la producción, los actores también han visto una clara referencia y una necesidad a que esta serie salga en este momento. "Esto ya nos acompaña y, desgraciadamente, las tensiones geopolíticas van en aumento cada vez más. Digamos que estamos en una nueva Guerra Fría. El otro día leía que estamos en guerra. Es decir, realmente estamos en guerra. Los servicios secretos están peleando. Todavía no hay enfrentamientos directos entre algunos países, pero sí que los hay indirectos", explica Israel Elejalde, quien encarna a uno de esos espías del CNI.

"Al fin y al cabo, la guerra de Ucrania es una guerra donde están peleando todos. Y después, encima, ahora están los rusos, pero también está China... Realmente los equilibrios geopolíticos están en un momento totalmente inestable. Y esto va a ir a más. Es lo que hace verosímil esta trama y las que queramos inventarnos, porque es un momento de mucha inestabilidad política", enfatiza el actor.

El antagonista, como no podría ser de otra forma en una serie de espías, es el agente ruso Volkov, una pesadilla para la cuadrilla que encabezan Clara Segura, que da vida a la directora del CNI, Juan Diego Botto, apodado Michelin por su afición a la cocina, Elejalde y Elisabet Casanovas, quien da vida a una novata dentro del departamento.

A pesar de todas las referencias que ha habido en más de medio siglo de producciones americanas ambientadas en la Guerra Fría, los creadores aseguran que no ha sido especialmente "fácil" dar vida a este villano. 

Botto que, aunque desconoce cómo podría funcionar la inteligencia rusa, asegura que sin saber "si es rigurosamente cierto o no, en cualquier caso resulta absolutamente verosímil". "En el imaginario colectivo, por 40 años de Guerra Fría y todo lo que ha venido después, y por la situación actual, es fácil y resulta enormemente verosímil imaginar que los servicios de inteligencia rusos puedan estar operando", señala y aclara que "no quiere decir que esto sea cierto". "Resulta verosímil porque opera en un terreno que está muy abonado, los rusos como enemigo público en el imaginario colectivo", matiza.

Juan Diego Botto charlando con Elena Martín Gimeno en una imagen de 'El Centro'.Movistar +

Una entidad más humana de lo que pueda parecer 

En El Centro (Movistar +) hay varias escenas que muestran esa humanidad de los agentes que va más allá de bolígrafos con micrófonos secretos, Martinis y esmóquines. Botto y Segura comiendo un táper mientras comentan qué tal el día y ven un partido de rugby, Elejalde cuidando de su padre o Casanovas ocultándole a su novio su trabajo, algo que es común entre los trabajadores del centro.

Para conocer algunos detalles, evidentemente no todos, tanto los creadores como el elenco han podido conocer las instalaciones e incluso charlar con los trabajadores. "El hecho de visitar el CNI y poder visitar no solo las instalaciones, sino poder conocer a una parte de ellos y verlos físicamente, cómo eran, cómo hablaban, cómo miraban, cómo se movían, cómo vestían. Esto para los intérpretes siempre es mucho más actuable que leer muchos más libros que lo dejan todo en una parte más intelectual", explica Segura.

Tal y como les contaron, la parte laboral es secreta incluso para su familia. "Una cosa que a mí me estallaba la cabeza es ¿tus hijos qué dicen cuando están en el colegio y les preguntan a qué se dedica tu padre? Y ellos nos decían ‘es que mis hijos no lo saben’, claro, ‘yo no le digo a mi hijo que soy espía. Entonces, ¿qué les dices? Pues cada uno le dirá una cosa. Pues soy diseñador de interiores, trabajo en el Ministerio de Agricultura o trabajo en el Ministerio de Defensa, pero nunca le dirás el CNI", recuerda Elejalde.

También les mostraron parte de su mecánica: cómo no se usa el papel para absolutamente nada, las fotocopiadoras y trituradoras de papel están a la vista de todos, las reuniones se hacen, en su mayoría, a puerta abierta y la tecnología está a la orden del día.

El equipo del CNI de 'El Centro'.Movistar +

¿Habrá espías entre nosotros?

Mientras tratan de desarticular a Volkov y al topo que tienen entre ellos, así como el vínculo con un importante empresario español, estos espías actúan evidentemente con total normalidad por las ciudades, al igual que la inteligencia de otros países. Aunque ante la pregunta de si esto puede volvernos algo conspiranoicos, las respuestas son claras.

"Casi creo que el 70% o el 75% de la organización son funcionarios y solamente hay una parte que son militares", explica Elejalde, quien recuerda que "el CNI finalmente es un servicio de inteligencia, todas las democracias del mundo tienen un servicio de inteligencia".

Para Elena Martín Gimeno, quien da vida a una periodista infiltrada en el entorno del influyente empresario relacionado con la injerencia rusa estas "representaciones en ficción están muy influidas por la representación americana". "La ficción ha estado muy atravesada por ese imaginario que no nos pertenece", apunta y opina que, aunque seamos conscientes de su existencia, no tenemos del todo claro el trabajo que hacen.  "No sabemos cómo funciona, qué tipo de personas están ahí dentro, qué tipo de conflictos personales o laborales manejan", añade.

Para Casanovas, esta visión que puede tener la ciudadanía, a veces negativa, de los servicios de inteligencia también está relacionada con su secretismo. "Se conoce muy poco lo que sale a la luz sobre su trabajo a nivel diario, la labor que tienen no está en el ojo público. Creo que también, inevitablemente, cuando sale alguna cosa pública no suelen ser cosas buenas", señala.

"Se conoce muy poco lo que sale a la luz sobre su trabajo a nivel diario, la labor que tienen no está en el ojo público. Creo que también, inevitablemente, cuando sale alguna cosa pública no suelen ser cosas buenas"
Elisabet Casanoves, actriz

Ante esto, el actor David Lorente, que da vida a un espía del CNI que ejerce en asuntos internos para tratar de desenmascarar al infiltrado que da información al espía ruso, cree que todo es parte de la situación de crispación política que se vive. "Todo eso está manipulado, el día a día de esa gente es trabajar", señala.

"Esta serie llega en este momento porque el CNI ha querido también dar una imagen de normalidad, de que estamos integrados, de que ya no son el servicio que trabaja para un tipo de gobierno, sino un servicio al servicio de los ciudadanos", enfatiza el actor.

Para Lorente, el momento de polarización política que está viviendo la sociedad actual, tanto en España como a nivel internacional, es el auténtico responsable de una posible conspiranoia en la ciudadanía. "Los políticos creo que buscan que entre los ciudadanos haya un ánimo conspiranoico. Yo creo que los dirigentes que ahora tenemos están empeñados en calentar el ambiente. Y una manera de calentarlo es haciéndonos sospechar que los que no piensan como nosotros o los que están enfrente o los que visten de otra manera y todo eso están conspirando contra nosotros y nos tenemos que defender", señala.

De hecho, apunta a Donald Trump, "ese señor del flequillo pelirrojo", como "un auténtico maestro en hacer creer que el mundo está en peligro porque los que no creen como yo, los que no piensan como yo, son peligrosos y están conspirando para acabar con la vida tal y como la conocemos". "Es acojonante", lamenta.

Juan Diego Botto y David Lorente en 'El Centro'.Movistar +

"Para mí lo grave es que a nivel local, a nivel de nuestra ciudad, de nuestra comunidad autónoma y de todo esto, también está dándose. La manera de entender la política como los que están enfrente son enemigos", defiende el intérprete que recuerda que "la política es entenderse, es el arte de entenderse".

Sobre la situación política actual a nivel internacional y, en concreto sobre la situación en Gaza, y el asalto a la Global Sumud Flotilla también se pronunció Juan Diego Botto en su charla con El HuffPost.

"Estamos hablando de 40 barcos que iban a llevar medicinas y alimentos a una población que está privada de ellos desde hace meses y meses y que está, además, siendo sometida a un genocidio constante desde hace dos años", explica. Botto asegura que "es totalmente ilegal que se aborde en aguas internacionales" y recuerda que "lo que hay después de las aguas internacionales son aguas palestinas".

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Soy redactora de LIFE en El HuffPost España y mi misión es acercarte la última hora del mundo de la cultura, la música y el entretenimiento.

 

Sobre qué temas escribo

Escribo principalmente de música, cultura, cine, series y entretenimiento porque, aunque sirva para desconectar, bailar o echar un rato entre palomitas, la cultura esconde mucho más. Evitando el elitismo, trato de tender la mano a las nuevas tendencias de la industria musical o del audiovisual a través de entrevistas con artistas emergentes —que pronto dejarán de serlo— y compaginarlo con el análisis de lo más mainstream como Taylor Swift o Bad Bunny.


En estos ocho años he cubierto los Goya, los Oscar, el Benidorm Fest o Eurovisión. Sí, soy la responsable de los memes que han inundado la cuenta de X de El HuffPost en Eurovisión. Siempre buscando un contenido cercano, sin perder el rigor, contando más allá de lo que se pueda ver en la pantalla.
Aunque no siempre haya relación con la industria cultural, también he cubierto temas relacionados con el Feminismo y el colectivo LGTBIQ+.

 

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Nací en Málaga, donde estudié Periodismo por vocación en la Universidad de Málaga, entre playlists de Spotify, discos y conciertos. Antes de incorporarme a El HuffPost en 2017, colaboré diversas revistas culturales y de entretenimiento. En 2016 trabajé en el departamento de comunicación de UPHO Festival, un festival de fotografía contemporánea urbana parte del proyecto europeo Urban Layers. Y, aunque sigo echando de menos Andalucía, me trasladé a Madrid para estudiar el Máster en Periodismo Cultural en la Universidad CEU San Pablo. En 2018, compaginé mi trabajo en El HuffPost con la coordinación de proyecto de la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE celebrada en CentroCentro. Desde 2017 trabajo en El HuffPost España, donde he logrado una nominación a los premios GLAAD y ser finalista de los Premios Papageno en 2022.

 


 

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