Dudas sobre si el Stonehenge español cuenta con un mapa del río Tajo
"El recorrido coincide".

En las profundidades del embalse de Valdecañas, en la comarca extremeña de Campo de Arañuelo, se esconde sumergido un misterioso conjunto de piedras que solo sale a la superficie en tiempos e intensa sequía.
Se trata del dolmen de Guadalperal, con una antigüedad superior a los 5.000 años, es popularmente conocido como el "Stonehenge español" por su parecido con el monumento británico, ha suscitado la intrigante hipótesis sobre la posibilidad de que sus piedras contengan un antiguo mapa del río Tajo.
Un tesoro bajo el agua
Este monumento prehistórico fue excavado por primera vez en 1925 por el arqueólogo y sacerdote Hugo Obermaier, tras descubrir un grupo de piedras semienterradas cerca de la localidad de Peraleda de la Mata.
Tras desenterrarlo descubrió que se trataba de un dolmen funerario compuesto por decenas de ortostatos de granito, algunos de ellos decorados con grabados y símbolos que, hasta hoy, siguen alimentando hipótesis sobre su verdadero significado.
Pese a su valor histórico, el dolmen quedó sumergido en 1963 tras la construcción del embalse, lo que ha provocado un deterioro constante debido a la erosión del agua y el paso del tiempo. Solo durante los periodos de sequía más severa, como pasó en 2021 y 2022, volvió a emerger mostrando su imponente estructura al mundo.
Un mapa tallado en piedra
Uno de los elementos más enigmáticos del dolmen es un menhir esculpido, que presenta formas antropomórficas y líneas sinuosas. Aunque Obermaier interpretó estas líneas como una posible serpiente, ya que es un símbolo común en la iconografía prehistórica, ahora, expertos plantean nuevas teorías sobre su lectura.
Ángel Castaño, presidente de la Asociación Raíces de Peraleda, propone una teoría tan arriesgada como fascinante. Según él, las líneas grabadas podrían representar el curso del río Tajo. "Se lo comenté a gente del instituto cartográfico nacional y dijeron que sí, que era el Tajo. No al milímetro, pero el recorrido coincide", explica.
En un tiempo en que el río era una referencia vital para la vida, la agricultura y las rutas de comunicación, es muy razonable pensar en la posibilidad de que sus pobladores quisieran reflejarlo en piedra, ya fuera por motivos prácticos, religiosos o simbólicos.