El templo de la India donde habitan más de 20.000 ratas bajo la protección de una diosa
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El templo de la India donde habitan más de 20.000 ratas bajo la protección de una diosa

Algunos fieles viven dentro del templo para cuidar a estos animales sagrados.

El templo de la India donde habitan más de 20.000 ratas bajo la protección de una diosa

Algunos fieles viven dentro del templo para cuidar a estos animales sagrados.

El templo de la India donde habitan más de 20.000 ratas bajo la protección de una diosa

Algunos fieles viven dentro del templo para cuidar a estos animales sagrados.

El templo de la India donde habitan más de 20.000 ratas bajo la protección de una diosa

Algunos fieles viven dentro del templo para cuidar a estos animales sagrados.

El templo de la India donde habitan más de 20.000 ratas bajo la protección de una diosa

Algunos fieles viven dentro del templo para cuidar a estos animales sagrados.

Karni Mata templo Deshnoke Rajastán de IndiaCristian Baitg Schreiweis

En un lugar donde el mármol reluce bajo los pies y las flores adornan los altares, se esconde uno de los templos más insólitos del mundo. Lo que más asombra a sus visitantes no son las columnas talladas ni las puertas de plata sino las miles de ratas, consideradas sagradas y veneradas con devoción que viven ahí. 

Se trata del templo de Karni Mata, en Deshnoke, una ciudad al pegada al desierto de Rajastán, en la India. Este singular santuario, hogar de más de 25.000 ratas, es uno de los templos más peculiares del mundo y un gran destino de peregrinación en India.

El templo, cuya fundación se atribuye al maharajá Ganga Singh hace más de 600 años, fue construido en honor a Karni Mata, una mística venerada como encarnación de la diosa Durga. Su arquitectura en mármol blanco, con puertas de plata y columnas delicadamente decoradas, acogen a sus miles de ratas sagradas conocidas como kabba.

Una reencarnación sagrada

La historia que explica esta insólita devoción se remonta al siglo XIV. Según la leyenda, Karni Mata pidió al dios Yama que devolviera la vida a uno de sus hijos fallecidos. Ante la negativa, ella decretó que sus descendientes y seguidores reencarnarían como ratas. Desde entonces, los fieles consideran que estos animales albergan las almas de sus antepasados.

La escena diaria en el templo es única. Los visitantes caminan descalzos sobre su suelo de mármol, intentando no pisar a los roedores que corretean libremente. Cuencos rebosantes de leche, frutas, arroz y dulces se vacían en cuestión de minutos, mientras las ratas se agrupan para alimentarse. Lejos de causar alarma, ser tocado por una de ellas, o incluso ver una rara rata blanca, que es considerada una manifestación especialmente pura de la diosa, es interpretado como una bendición.

Fe y devoción hacia las ratas

Algunos fieles viven dentro del templo para cuidar durante toda su vida a estos animales sagrados. Las parejas recién casadas también acuden en busca de prosperidad para su unión. En el templo de Karni Mata, la percepción se transforma de tal forma que, lo que en otros lugares sería visto como una plaga, aquí se convierte en símbolo de fe, vida y bendición.

La limpieza del recinto corre a cargo de los propios devotos, quienes con escobas en mano mantienen el orden sabiendo que, apenas terminan, los pequeños habitantes vuelven a ocupar cada rincón.

Increíblemente, no se han registrado brotes de enfermedades relacionadas con las ratas en el templo en más de seis siglos, un hecho que los trabajadores atribuyen a la protección de Karni Mata. “Todo el mundo tiene una misión en la vida. Esta es la mía”, asegura uno de ellos al medio VICE, que dedica 16 horas diarias al templo por poco más de 50 euros al mes.

En un lugar donde el mármol reluce bajo los pies y las flores adornan los altares, se esconde uno de los templos más insólitos del mundo. Lo que más asombra a sus visitantes no son las columnas talladas ni las puertas de plata sino las miles de ratas, consideradas sagradas y veneradas con devoción que viven ahí. 

Se trata del templo de Karni Mata, en Deshnoke, una ciudad al pegada al desierto de Rajastán, en la India. Este singular santuario, hogar de más de 25.000 ratas, es uno de los templos más peculiares del mundo y un gran destino de peregrinación en India.

El templo, cuya fundación se atribuye al maharajá Ganga Singh hace más de 600 años, fue construido en honor a Karni Mata, una mística venerada como encarnación de la diosa Durga. Su arquitectura en mármol blanco, con puertas de plata y columnas delicadamente decoradas, acogen a sus miles de ratas sagradas conocidas como kabba.

Una reencarnación sagrada

La historia que explica esta insólita devoción se remonta al siglo XIV. Según la leyenda, Karni Mata pidió al dios Yama que devolviera la vida a uno de sus hijos fallecidos. Ante la negativa, ella decretó que sus descendientes y seguidores reencarnarían como ratas. Desde entonces, los fieles consideran que estos animales albergan las almas de sus antepasados.

La escena diaria en el templo es única. Los visitantes caminan descalzos sobre su suelo de mármol, intentando no pisar a los roedores que corretean libremente. Cuencos rebosantes de leche, frutas, arroz y dulces se vacían en cuestión de minutos, mientras las ratas se agrupan para alimentarse. Lejos de causar alarma, ser tocado por una de ellas, o incluso ver una rara rata blanca, que es considerada una manifestación especialmente pura de la diosa, es interpretado como una bendición.

Fe y devoción hacia las ratas

Algunos fieles viven dentro del templo para cuidar durante toda su vida a estos animales sagrados. Las parejas recién casadas también acuden en busca de prosperidad para su unión. En el templo de Karni Mata, la percepción se transforma de tal forma que, lo que en otros lugares sería visto como una plaga, aquí se convierte en símbolo de fe, vida y bendición.

La limpieza del recinto corre a cargo de los propios devotos, quienes con escobas en mano mantienen el orden sabiendo que, apenas terminan, los pequeños habitantes vuelven a ocupar cada rincón.

Increíblemente, no se han registrado brotes de enfermedades relacionadas con las ratas en el templo en más de seis siglos, un hecho que los trabajadores atribuyen a la protección de Karni Mata. “Todo el mundo tiene una misión en la vida. Esta es la mía”, asegura uno de ellos al medio VICE, que dedica 16 horas diarias al templo por poco más de 50 euros al mes.

En un lugar donde el mármol reluce bajo los pies y las flores adornan los altares, se esconde uno de los templos más insólitos del mundo. Lo que más asombra a sus visitantes no son las columnas talladas ni las puertas de plata sino las miles de ratas, consideradas sagradas y veneradas con devoción que viven ahí. 

Se trata del templo de Karni Mata, en Deshnoke, una ciudad al pegada al desierto de Rajastán, en la India. Este singular santuario, hogar de más de 25.000 ratas, es uno de los templos más peculiares del mundo y un gran destino de peregrinación en India.

El templo, cuya fundación se atribuye al maharajá Ganga Singh hace más de 600 años, fue construido en honor a Karni Mata, una mística venerada como encarnación de la diosa Durga. Su arquitectura en mármol blanco, con puertas de plata y columnas delicadamente decoradas, acogen a sus miles de ratas sagradas conocidas como kabba.

Una reencarnación sagrada

La historia que explica esta insólita devoción se remonta al siglo XIV. Según la leyenda, Karni Mata pidió al dios Yama que devolviera la vida a uno de sus hijos fallecidos. Ante la negativa, ella decretó que sus descendientes y seguidores reencarnarían como ratas. Desde entonces, los fieles consideran que estos animales albergan las almas de sus antepasados.

La escena diaria en el templo es única. Los visitantes caminan descalzos sobre su suelo de mármol, intentando no pisar a los roedores que corretean libremente. Cuencos rebosantes de leche, frutas, arroz y dulces se vacían en cuestión de minutos, mientras las ratas se agrupan para alimentarse. Lejos de causar alarma, ser tocado por una de ellas, o incluso ver una rara rata blanca, que es considerada una manifestación especialmente pura de la diosa, es interpretado como una bendición.

Fe y devoción hacia las ratas

Algunos fieles viven dentro del templo para cuidar durante toda su vida a estos animales sagrados. Las parejas recién casadas también acuden en busca de prosperidad para su unión. En el templo de Karni Mata, la percepción se transforma de tal forma que, lo que en otros lugares sería visto como una plaga, aquí se convierte en símbolo de fe, vida y bendición.

La limpieza del recinto corre a cargo de los propios devotos, quienes con escobas en mano mantienen el orden sabiendo que, apenas terminan, los pequeños habitantes vuelven a ocupar cada rincón.

Increíblemente, no se han registrado brotes de enfermedades relacionadas con las ratas en el templo en más de seis siglos, un hecho que los trabajadores atribuyen a la protección de Karni Mata. “Todo el mundo tiene una misión en la vida. Esta es la mía”, asegura uno de ellos al medio VICE, que dedica 16 horas diarias al templo por poco más de 50 euros al mes.

En un lugar donde el mármol reluce bajo los pies y las flores adornan los altares, se esconde uno de los templos más insólitos del mundo. Lo que más asombra a sus visitantes no son las columnas talladas ni las puertas de plata sino las miles de ratas, consideradas sagradas y veneradas con devoción que viven ahí. 

Se trata del templo de Karni Mata, en Deshnoke, una ciudad al pegada al desierto de Rajastán, en la India. Este singular santuario, hogar de más de 25.000 ratas, es uno de los templos más peculiares del mundo y un gran destino de peregrinación en India.

El templo, cuya fundación se atribuye al maharajá Ganga Singh hace más de 600 años, fue construido en honor a Karni Mata, una mística venerada como encarnación de la diosa Durga. Su arquitectura en mármol blanco, con puertas de plata y columnas delicadamente decoradas, acogen a sus miles de ratas sagradas conocidas como kabba.

Una reencarnación sagrada

La historia que explica esta insólita devoción se remonta al siglo XIV. Según la leyenda, Karni Mata pidió al dios Yama que devolviera la vida a uno de sus hijos fallecidos. Ante la negativa, ella decretó que sus descendientes y seguidores reencarnarían como ratas. Desde entonces, los fieles consideran que estos animales albergan las almas de sus antepasados.

La escena diaria en el templo es única. Los visitantes caminan descalzos sobre su suelo de mármol, intentando no pisar a los roedores que corretean libremente. Cuencos rebosantes de leche, frutas, arroz y dulces se vacían en cuestión de minutos, mientras las ratas se agrupan para alimentarse. Lejos de causar alarma, ser tocado por una de ellas, o incluso ver una rara rata blanca, que es considerada una manifestación especialmente pura de la diosa, es interpretado como una bendición.

Fe y devoción hacia las ratas

Algunos fieles viven dentro del templo para cuidar durante toda su vida a estos animales sagrados. Las parejas recién casadas también acuden en busca de prosperidad para su unión. En el templo de Karni Mata, la percepción se transforma de tal forma que, lo que en otros lugares sería visto como una plaga, aquí se convierte en símbolo de fe, vida y bendición.

La limpieza del recinto corre a cargo de los propios devotos, quienes con escobas en mano mantienen el orden sabiendo que, apenas terminan, los pequeños habitantes vuelven a ocupar cada rincón.

Increíblemente, no se han registrado brotes de enfermedades relacionadas con las ratas en el templo en más de seis siglos, un hecho que los trabajadores atribuyen a la protección de Karni Mata. “Todo el mundo tiene una misión en la vida. Esta es la mía”, asegura uno de ellos al medio VICE, que dedica 16 horas diarias al templo por poco más de 50 euros al mes.

En un lugar donde el mármol reluce bajo los pies y las flores adornan los altares, se esconde uno de los templos más insólitos del mundo. Lo que más asombra a sus visitantes no son las columnas talladas ni las puertas de plata sino las miles de ratas, consideradas sagradas y veneradas con devoción que viven ahí. 

Se trata del templo de Karni Mata, en Deshnoke, una ciudad al pegada al desierto de Rajastán, en la India. Este singular santuario, hogar de más de 25.000 ratas, es uno de los templos más peculiares del mundo y un gran destino de peregrinación en India.

El templo, cuya fundación se atribuye al maharajá Ganga Singh hace más de 600 años, fue construido en honor a Karni Mata, una mística venerada como encarnación de la diosa Durga. Su arquitectura en mármol blanco, con puertas de plata y columnas delicadamente decoradas, acogen a sus miles de ratas sagradas conocidas como kabba.

Una reencarnación sagrada

La historia que explica esta insólita devoción se remonta al siglo XIV. Según la leyenda, Karni Mata pidió al dios Yama que devolviera la vida a uno de sus hijos fallecidos. Ante la negativa, ella decretó que sus descendientes y seguidores reencarnarían como ratas. Desde entonces, los fieles consideran que estos animales albergan las almas de sus antepasados.

La escena diaria en el templo es única. Los visitantes caminan descalzos sobre su suelo de mármol, intentando no pisar a los roedores que corretean libremente. Cuencos rebosantes de leche, frutas, arroz y dulces se vacían en cuestión de minutos, mientras las ratas se agrupan para alimentarse. Lejos de causar alarma, ser tocado por una de ellas, o incluso ver una rara rata blanca, que es considerada una manifestación especialmente pura de la diosa, es interpretado como una bendición.

Fe y devoción hacia las ratas

Algunos fieles viven dentro del templo para cuidar durante toda su vida a estos animales sagrados. Las parejas recién casadas también acuden en busca de prosperidad para su unión. En el templo de Karni Mata, la percepción se transforma de tal forma que, lo que en otros lugares sería visto como una plaga, aquí se convierte en símbolo de fe, vida y bendición.

La limpieza del recinto corre a cargo de los propios devotos, quienes con escobas en mano mantienen el orden sabiendo que, apenas terminan, los pequeños habitantes vuelven a ocupar cada rincón.

Increíblemente, no se han registrado brotes de enfermedades relacionadas con las ratas en el templo en más de seis siglos, un hecho que los trabajadores atribuyen a la protección de Karni Mata. “Todo el mundo tiene una misión en la vida. Esta es la mía”, asegura uno de ellos al medio VICE, que dedica 16 horas diarias al templo por poco más de 50 euros al mes.

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Soy redactora en El HuffPost España, donde te cuento las historias más curiosas y te intento ayudar a encontrar esos detalles que marcan la diferencia en la vida cotidiana.

 

Sobre qué temas escribo

Tengo el privilegio de escribir sobre una amplia variedad de temas, con un enfoque que abarca tanto actualidad como estilo de vida. Escribo con la intención de contarte historias que te interesen y ofrecerte información que hagan tu vida un poco más fácil.


Te ayudo a no caer en estafas, te doy consejos de salud y cuidado personal, además de recomendaciones de destinos para tu próximo viaje.


Mis artículos son un surtido de historias curiosas, viajes, cultura, estilo de vida, naturaleza, ¡y mucho más! Mi objetivo es despertar tu curiosidad y acompañarte con lecturas útiles y entretenidas.

  

Mi trayectoria

Soy madrileña, pero con raíces en Castilla-La Mancha. Estudié Periodismo en la Universidad Ceu San Pablo, aunque siempre digo que mi verdadera escuela ha sido El HuffPost, el lugar donde escribí mis primeras líneas como periodista. Empecé como becaria y ahora colaboro en este medio que me ha visto crecer.


Mi pasión por el periodismo nació en la infancia, cuando dibujaba las portadas de los medios deportivos y soñaba con convertirme en una de aquellas reporteras que veía en la televisión.

 


 

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