La fiebre del 'dress code' en los conciertos: clave para sentirse parte del grupo y una oportunidad de negocio
Los artistas animan cada vez más a sus fans a seguir una temática y las marcas aprovechan la tesitura.

Ir a un concierto en 2025 ya no es simplemente ir a un concierto. Atrás quedaron esos tiempos en los que se podía comprar una entrada un mes antes del espectáculo y coger los primeros vaqueros del armario. Ahora los grandes conciertos se planifican con un año de antelación, se sufre en una cola de Ticketmaster y se elige el look al más mínimo detalle siguiendo un dress code acorde con la temática de la gira o del artista.
Basta con echar un vistazo a los grandes tours de este año, empezando por Cowboy Carter de Beyoncé, que ha provocado un aumento en las ventas de botas y sombreros de estética western, y terminando con el regreso de Oasis, que ha impulsado de nuevo la popularidad de los gorros de pescador, las parkas y las deportivas de Adidas.
Sin ir más lejos, hace unos días Rauw Alejandro pedía a los asistentes en su concierto en Madrid que acudieran vestidos con prendas o accesorios de estética cabaret y las fans de Gracie Abrams llenaban el Mad Cool de pañuelos en la cabeza como el que lució la artista en Glastonbury. Al otro lado del Atlántico, en Puerto Rico, Bad Bunny acaba de arrancar su residencia y las ideas de outfit para disfrutar de su música ya plagan las redes.
Lo que empezó siendo como una reacción genuina de los fans ha terminado siendo un paso más a la hora de disfrutar del concierto. Pero, ¿a qué se debe esta popularidad en intentar llevar el mejor outfit? “Todo empieza yo creo con el Eras Tour de Taylor Swift y el tema de las pulseras de la amistad que seguía esa dinámica tan suya es estar cerca de los fans y los fans interactuar con ella. Entonces los fans elegían sus canciones favoritas y preparaban las pulseras con ellas”, explica Hilario Martínez, investigador doctorando y FPU de la Facultad de Ciencias de la Información de la UCM.

Como recuerda el investigador, la gira de la cantante, que duró año y medio, estaba divida en eras que representaban sus diferentes etapas musicales “y la gente fue eligiendo sus eras para ir vestidas a los conciertos”.
La exitosa gira de Taylor Swift arrancó en marzo de 2023, dos meses antes que el Renaissance World Tour de Beyoncé, al que los fans acudieron vestidos con total looks plateados. Para Martínez, la coincidencia de estas dos giras fue importante para cambiar la forma en la que se disfruta del concierto.
“Cuando empezó la gira de Beyoncé la gente también empezó a vestirse para el concierto. En su caso porque los fotógrafos de Beyoncé se fijaban en personas del público y al día siguiente aparecían en su web, entonces los fans querían llamar su atención”, explica el investigador. “Ella siempre ha sido una artista muy visual con películas, documentales, pero en Renaissance empezó a desmarcarse y al no haber visuales pues lo son los propios fans. De hecho, hay una frase icónica de ella que después de muchas preguntas de los fans sobre dónde están los visuales ella le responde a uno ‘you are the visual, baby”, ejemplifica Martínez.
El investigador recuerda que "en ningún momento ellas pidieron que la gente fuera vestida así", aunque Beyoncé sí animó a sus fans a que siguieran luciendo sus mejores looks plateados pare celebrar con ella los conciertos alrededor de su cumpleaños, en septiembre. Hasta el príncipe Harry y Meghan Markle cumplieron.
Sentirse parte de una comunidad
Patricia, de 31 años, fue una de esas seguidoras que eligió un look plateado para disfrutar del concierto de Beyoncé en 2023. Este año, repitió en la gira Cowboy Carter, planeando un conjunto en tejidos vaqueros y con una bandana de estética country. "Cuando fui a ver la gira Renaissance todo el mundo hablaba en redes de llevar un look, entonces fue un poco como ‘no va a ir todo el mundo super vestido y nosotros de calle normal’. Había un punto de formar parte de esa comunidad y es verdad que después de ese no a todos los conciertos a los que he ido lo he hecho porque no tenían una estética muy cerrada, pero sí que es verdad que a otros que tengo pensado ir ya estoy preparando un look especial", cuenta la joven.
Precisamente ese sentimiento de comunidad es lo más positivo que encuentra Patricia sobre esta tendencia de vestirse acorde a la temática. “La manera de formar parte de una comunidad es lo que me parece más guay de llevar un determinado look a este tipo de eventos. Vas en transporte, ves a la gente vestida y tienes un motivo para interactuar con esa gente. Me pasó en el avión viajando a París para ver a Beyoncé en esta gira, porque había gente que ya iba vestida en el avión”, asegura la joven, que cree que es una manera de mostrar que formas parte del evento.
Es el mismo sentimiendo que llevó a Alejandro, de 32 años, a elegir un look basado en la era Folklore de Taylor Swift para ir al Eras Tour y a comprarse una camiseta verde neón para disfrutar de Charlie XCX, que el verano pasado tiñó la industrial musical de ese color. “Es una iniciativa chula”, defiende.
“Cuando vas a un concierto, y especialmente si vas solo, te hace más fácil hablar con las personas que van a ese concierto. Gente con la que compartes unas aficiones y que tienen un mismo objetivo: ir a disfrutar de un concierto y de un artista”, cuenta el joven, que no comprende algunas críticas. “Al final plantarte un sombro de cowboy para ir a ver a Beyoncé es lo mismo que plantarte una camiseta del Real Madrid para ir al Bernabéu. Es pertenecer a un grupo y conectar con esa gente”, opina.
Esa sensación de comunidad y de grupo se ve en las calles y en los estadios, pero también en las redes, desde donde surgen gran parte de estas tendencias. “TikTok lo cambia todo”, sentencia Hilario Martínez sobre la disrupción que ha creado la red social en la industria musical, desde todos los ámbitos.
“TikTok cambia la forma de promocionar y cambia la experiencia fan. Se busca el trend y el punto viral. Igual que se hace el baile de Water de Tyla, si una chica va vestida de Fearless pues otros usuarios intentan replicarlo y socializar”, ejemplifica el investigador de la UCM.
Una forma de alargar la experiencia
Para Patricia, la idea de vestirse de una forma especial para los conciertos también era una forma de crear expectación y emoción en los meses previos. “Me parece guay porque genera anticipación del evento. No te acuerdas del evento el día de antes, sino que estás semanas pensando qué te vas a poner, por qué eliges ese look...”, cuenta la joven.
Según Hilario Martínez, esto también tiene que ver con el aumento en los precios de las entradas para ver a los artistas. En conciertos como los de Taylor Swift, Coldplay, Bad Bunny o Beyoncé no es raro pagar alrededor de 200 euros por una buena entrada de grada e incluso más por una vip.
"Ahora ya es muy elevado y en algunos casos desorbitado. Entonces esto también es una manera de justificar que lo que pagas no son solo dos horas sino que vas más allá”, explica el investigador, que recuerda que al final la experiencia de un concierto es relativamente corta.
Eso cambia si se van sumando alicientes. “La emoción de preparar el outfit, el comentar con tus amigas qué van a llevar, que la experiencia trascienda...”, matiza Martínez.

Una oportunidad para las marcas y los propios artistas
A pesar de que muchas personas siguen acudiendo a los conciertos con una camiseta de merchandising o sin darle demasiadas vueltas al look para el evento, lo cierto es que el dress code se ha convertido en un filón para los artistas y para las marcas, que pueden aprovechar el tirón.
El caso más claro es el de Adidas, que lanzó una colaboración con Oasis justo antes de que arrancaran sus conciertos el 4 de julio y que está prácticamente agotada online y en las tiendas físicas que se han habilitado para la ocasión, donde los fans hacen colas durante horas para intentar conseguir un polo celeste o un gorro de pescador.
Además de las colaboraciones puras, las marcas también aprovechan la tesitura para posicionarse como el lugar en el que encontrar las prendas perfectas para montar un look. "Cuando fue la gira de Beyoncé en 2023, Zara sacó una colección metalizada y eso no es ponible para el día a día", recuerda Hilario Martínez.
Para el investigador, a pesar de que el merchandising sigue teniendo tirón, no es tanto para montar el look, sino para llevarse un recuerdo del concierto. "La gente busca lo genuino y busca destacar, entonces no te vas a comprar el merch porque puede ser lo mismo que lleva otra persona ya que los artistas suelen tener tres o cuatro camisetas. Es más el souvenir, el recuerdo de ‘yo estuve ahí", explica Martínez.
Independientemente de si se hace un look más trabajado o si se utiliza una camiseta de merchansing, seguir una temática es positivo para los artistas. "Les viene muy bien. Tiene un impacto positivo pre y post concierto en redes sociales y ya no tienen ni que promocionar ellos que están de gira. Entonces ahora algunos artistas directamente lo piden. Aitana por ejemplo en Alpha pidió un color en cada ciudad mientras que en Metaformosis que cada uno fuera como quisiera, aunque hay que ver cómo se comporta el público", cuenta Martínez.
Aunque Aitana no lo haya pedido, no será raro volver encontrar en sus conciertos en el Metropolitano (Madrid) a decenas de fans vestidas de azul o con mariposas en sus looks.
