Leer a través de los dedos o cómo el braille ha llevado Allan Poe o Agatha Christie a las personas con discapacidad visual
El catálogo en braille va desde libros educativos y para niños a 'best sellers' más demandados.

"En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme" o "Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a descubrir el hielo". Son algunos de los comienzos de la literatura más memorables. A numerosos lectores estas frases se les han quedado grabadas en la retina. No obstante, hay lectores a los que estas palabras les han llegado a través de las yemas de sus dedos gracias al braille.
Este sistema de lectura para personas con discapacidad visual consiste en signos dibujados en relieve que permiten a las personas que no pueden utilizar el sentido de la vista o lo tienen de alguna forma reducido, poder leer a través del tacto. Este sistema inventado por Louis Braille cumplió 200 años en 2024 y hoy en día ha permitido que grandes títulos de la literatura lleguen a todo el mundo. En España, se estima que más de 20.000 personas utilizan el braille como sistema de lectoescritura lo que, sin embargo, supone en torno a un 10% de las personas con discapacidad visual en nuestro país, según datos de la ONCE.
Esto se debe a que el sistema braille no es un idioma en sí mismo sino que su estructura de celdas es común a todos los idiomas, que lo adaptan a su puntuación y gramática. Además de la versatilidad del braille, la facilidad de transmisión se ha dado también gracias al Tratado de Marrakech, establecido en 2013 por el cual se facilita el acceso a obras protegidas por derechos de autor para personas ciegas. “Está permitiendo que muchas personas ciegas podamos disfrutar de libros en idiomas extranjeros, leídos con una gran calidad, ayudando con ello a nuestro aprendizaje y disfrute de las historias en versión original, hecho que es fantástico”, explica a El HuffPost Carmen Bayarri, directora del Servicio Bibliográfico de la ONCE (SBO).
Bayarri recalca la importancia de este acuerdo a la hora de poder leer a importantes autores en su lengua original: “Desde clásicos a los de ahora, tanto en francés, inglés, alemán, italiano o portugués. Ejemplo de ellos serían, por citar a algunos: Isaac Asimov, Jane Austen o G.K. Chesterton, Agatha Christie o John Lecarré, en inglés; Albert Camus, Emmanuel Carrère, Roald Dhal, Daphne du Maurier, Annie Ernaux, en francés, o Andrea Camilleri, Sveva Casatti o Elena Ferrante, en italiano”.
“Por otra parte, que nuestros libros estén llegando a personas ciegas de otros países, especialmente de América latina, ayudando a paliar así la hambruna de libros que se produce en otros lugares del mundo, es muy gratificante”, señala.
Más de 30.000 libros descargados en braille en 2024 y acuerdos con los principales editores
Aunque en España, los libros en braille se facilitan en buena parte gracias al catálogo bibliográfico de la ONCE, Bayarri recuerda que no son “ni una librería ni una editorial al uso” y los libros que se incluyen en el catálogo responden a la demanda que se hace de los mismos por parte de las personas afiliadas y cuentan con una prioridad especial aquellos destinados a la educación y a la formación laboral.
“No deja de ser un reflejo de lo que lee el resto de la sociedad. Damos prioridad a los best sellers y autores de gran demanda, incentivamos la lectura infantil, adaptando en braille títulos actuales que transmiten valores a los más pequeños y no dejamos, tampoco, de lado, la lectura fácil”, señala Bayarri, que recuerda que tratan de cuidar un “catálogo amplio y variado que responda a las demandas de las personas ciegas o con discapacidad visual grave, según sus preferencias”.
La responsable del Servicio Bibliográfico de la ONCE remarca “los grandes beneficios que aporta la lectura” y su carácter igualitario gracias a sistemas como el braille ya que “contribuye a superar barreras, tales como las de la soledad o el mundo de las imágenes visuales”.
La adaptación de los libros al formato braille llega gracias a acuerdos se llega gracias a los distintos acuerdos que desde la ONCE se han firmado como ANELE, grupo Planeta o Penguin Random House. “También tenemos de nuestro lado a la Federación del Gremio de Editores de España, para fomentar otras firmas con sus editoriales asociadas”, apostilla Bayarri. “Gracias a ellos, podemos agilizar los procesos de adaptación al braille de los libros al facilitarnos los archivos digitales de las obras. Esto ayuda a que podamos incrementar la oferta de títulos en braille y acortar sus tiempos de adaptación, hecho que es fundamental especialmente en el caso de los libros de texto, como medio para favorecer la inclusión educativa en las aulas”, señala.
Tal y como indica Bayarri, esto se ha traducido en una importante demanda no solo del braille si no de otros formatos accesibles como en el caso del sonido en el formato Daisy que utiliza la ONCE. “En 2024, se realizaron 13.000 solicitudes para realizar conversiones a braille y 16.000 para sonido en formato Daisy, y de nuestra plataforma digital, se descargaron 30.000 obras en braille y 450.000 libros más en audio”, recuerda.

Fuera de España, editoriales como Dado Editorial en Colombia o Gerbera Editorial en Argentina se dedican a editar libros accesibles en formatos como la tinta braille, el braille, la lectura fácil o mediante relieves. Entre los libros adaptados por la editorial colombiana se encuentran algunos clásicos como El corazón delator de Edgar Allan Poe o algunos de temática LGTBI como Estas damas de Lesbos de Renée Dunan, pero también materiales didácticos y libros con texturas que acercan la lectura a los niños con discapacidad visual.
En el caso de Gerbera Editorial, tal y como recogen en su web, producen sus libros infantiles y juveniles mediante sistema tinta-braille gracias a su colaboración con la asociación civil Tiflonexos. Este formato, tal y como recogen en su web, “permite la lectura compartida entre personas ciegas y personas sin discapacidad visual”. “Se llama así porque conviven en el mismo formato el sistema de tinta, a todo color con tipografía Opendyslexic, y el sistema braille”, señalan.
Desde Gerbera, además del braille explotan otros formatos como los llamados “libros objeto, hasta ahora únicos, en los que conviven videos en Lengua de Señas Argentina, lectura descriptiva, macrotipo, texto plano, audiolibro, tinta y braille”.
De la enseñanza en los colegios a una lectura voraz con las yemas de los dedos
Bayarri recuerda que los niños con algún tipo de discapacidad visual acceden al método de enseñanza en braille, llamado Braitico, desde muy temprana edad y este va en paralelo al de cualquier otro pequeño sin discapacidad. “Está diseñado para que, desde edades muy tempranas vayan evolucionando en el aprendizaje del braille, combinando sonidos y distintos juegos pudiendo acceder ya en Primaria a libros escritos para ellos”, señala Bayarri. “Para más pequeños todavía, producimos cuentos multiformato, en los que se combinan el braille, las texturas y los caracteres visuales para crear hábitos de lectura inclusivos en las familias y en la escuela”, explica.
Para la creación de estos libros, la responsable de ONCE explica que primero se escanea el texto impreso y se coteja, algo que se evita si las editoriales facilitan el texto, para posteriormente pasarle un editor de braille llamado Ebrai, “que formatea el libro para que al imprimirlo en braille quede bien”.

“Por supuesto, se adapta en base a las características del documento tinta, incluso si tiene gráficos o tablas y, por último, se procede a su impresión si se quiere el ejemplar físico o se prepara para que pase a formar parte de la plataforma digital, a la que podemos acceder las personas afiliadas a la ONCE mediante dispositivos tecnológicos”, señala y destaca la importancia de estos dispositivos para personas con sordoceguera.
Para acercar la lectura a través de los dedos de forma más fácil, también ofrecen libros en formato de bolsillo o en lectura fácil que ayuden a la práctica. “El braille tiene distintos usos, válidos todos ellos. Desde el que con poco nivel de destreza ya ayuda en la vida diaria para mejorar la autonomía, hasta el poder leer un libro con suficiente velocidad lectora como para disfrutarlo”, señala. “Sin duda, para una persona ciega leer con los dedos es leer de forma directa pero requiere un buen nivel de conocimiento del braille”, añade.
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