Reescriben los libros de Roald Dahl para evitar el lenguaje "ofensivo"

Reescriben los libros de Roald Dahl para evitar el lenguaje "ofensivo"

Los editores han eliminado palabras como "gordo" y "feo" de las descripciones de libros como 'Matilda' o 'Charlie y la fábrica de chocolate'.

Libros clásicos de Roald Dahl.TNS

Si hay un escritor que ha marcado la infancia de varias generaciones en todo el mundo ese es Roald Dahl. El autor de libros como Matilda, Las brujas o Charlie y la fábrica de chocolate ha vendido más de 250 millones de copias de sus escritos en todo el mundo, pero a partir de ahora sus libros no serán como los de antes.

Los libros de Dahl están siendo reescritos para evitar el lenguaje ofensivo, tal y como ha informado la editorial Puffin y han recogido medios como The Daily Telegraph o The Guardian. 

Según indican, tanto la editorial como la Roald Dahl Story Company han contado con la ayuda del colectivo Inclusive Minds, centrado en la inclusividad y diversidad, para que sus libros “puedan seguir siendo disfrutados por todos hoy".

Algunos de estos cambios son descripciones del físico de los personajes. Por ejemplo, el caso del niño Augustus Gloop, de Charlie y la fábrica de chocolate, al que no se describe como "gordo" sino como "enorme". Lo mismo sucede con la señora Twit de Los cretinos, que ya no es "fea" sino "bestial".

También se han editado o añadido frases para aportar contexto a los enunciados. Por ejemplo, en el caso de Las brujas la abuela del protagonista le advierte cuando dice que va a tirar del pelo a las mujeres para ver si llevan peluca, como las brujas del libro, con la siguiente frase: "Hay muchas otras razones por las que las mujeres pueden usar pelucas y ciertamente no hay nada de malo en eso".

También ha habido edición en cuanto a género para ser más inclusivos, por ejemplo, han cambiado al hablar de la señora Trunchbull "the most formidable woman", en lugar de "the most formidable female" (algo así como cambiar de fémina a mujer) y hablan de los Oompa Loompas de Charlie y la fábrica de chocolate como "personas pequeñas" no como "hombres pequeños".

Estas ediciones irán acompañadas del siguiente aviso ubicado en la página final, donde se encuentran los derechos de autor: "Las maravillosas palabras de Roald Dahl pueden transportarte a mundos diferentes y presentarte a los personajes más maravillosos. Este libro se escribió hace muchos años, por lo que revisamos regularmente el lenguaje para asegurarnos de que todos puedan seguir disfrutándolo hoy”.

También ha habido cambios en cuanto a perspectiva feminista, por ejemplo, Matilda ya no lee a Joseph Conrad sino que lo hace con Jane Austen, así como en Las brujas, una de las brujas deja de hacerse pasar por "cajera de supermercado o secretaria" a hacerlo por "científica o empresaria".

Del mismo modo, tal y como recoge The Guardian, The Roald Dahl Company ha entendido estas revisiones son habituales. “Al publicar nuevas tiradas de libros escritos hace años, no es inusual revisar el lenguaje utilizado junto con la actualización de otros detalles, como la portada y el diseño de página de un libro", han señalado. 

"Nuestro principio rector en todo momento ha sido mantener las tramas, los personajes y la irreverencia y el espíritu afilado del texto original. Todos los cambios realizados han sido pequeños y cuidadosamente considerados", han recogido.

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Nací en Málaga, donde estudié Periodismo por vocación en la Universidad de Málaga, entre playlists de Spotify, discos y conciertos. Antes de incorporarme a El HuffPost en 2017, colaboré diversas revistas culturales y de entretenimiento. En 2016 trabajé en el departamento de comunicación de UPHO Festival, un festival de fotografía contemporánea urbana parte del proyecto europeo Urban Layers. Y, aunque sigo echando de menos Andalucía, me trasladé a Madrid para estudiar el Máster en Periodismo Cultural en la Universidad CEU San Pablo. En 2018, compaginé mi trabajo en El HuffPost con la coordinación de proyecto de la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE celebrada en CentroCentro. Desde 2017 trabajo en El HuffPost España, donde he logrado una nominación a los premios GLAAD y ser finalista de los Premios Papageno en 2022.

 


 

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