El jabón de lavavajillas es suficiente para saber si tu leña va a estar lista para tu chimenea antes de que llegue el invierno
Tener la madera seca es fundamental no solo para mantener el fuego por más tiempo, sino también para contaminar menos.

Se acerca el invierno y con él llega la temporada de chimenea. Sin embargo, pocas personas saben que, para que la leña nos sirva y no contamine en exceso, debe estar completamente seca. Para conocer si está húmeda o, por el contrario, se encuentra apta para la chimenea, hay varios trucos que pueden ayudarnos.
La primera recomendación es echarle un vistazo y ver qué señales visuales podemos encontrar a primera vista. Por ejemplo, si la corteza se desprende por sí sola, cuenta con un color más oscuro y no tiene hongos visiblemente, puede que se trate de madera seca. Otra característica es su ligereza y su olor: si huele a salvia, probablemente no esté seca aún.
Además, si golpeamos los trocos unos contra otros deberán sonar de forma resonante, si el ruido apenas se aprecia, lo más seguro es que le falten unos meses más de secado aún. Todos estos trucos, además de gratuitos, pueden ayudarte a conocer el estado de tu madera.
Si a pesar de ellos, persisten las dudas, la mejor recomendación es comprar un medidor de humedad: siempre que cuente con un porcentaje menor al 20% estará seca. Un truco para los más atrevidos es colocar jabón para los platos en un extremo de la madera y soplar por el otro lado. Si aparecen burbujas es que estará lista.
Otro consejo es almacenar de forma correcta la madera para que así se seque antes. Para ello, colócalos en un lugar ventilado y alejado de la lluvia. Además, se aconseja apilarlos lejos del suelo para que así eviten la humedad.
