Muchos olvidan hacer unos ajustes en la caldera antes del invierno que rebajan notablemente el consumo
Pueden reducir el gasto de gas entre un 10 % y un 15 %.

En invierno, las calderas vuelven a encenderse en millones de hogares. Estos equipos, esenciales para mantener el confort y disponer de agua caliente, también pueden convertirse en una de las principales fuentes de gasto energético del invierno.
Según señala la empresa Repsol, el consumo de una caldera de gas depende de múltiples factores —desde el tamaño de la vivienda hasta el aislamiento térmico o los hábitos de uso—, por lo que conocer cómo funciona y ajustar su configuración puede marcar una gran diferencia en la factura.
Tres ajustes sencillos
Los expertos en climatización insisten en que no basta con encender la caldera y olvidarse de ella hasta primavera. Existen pequeños cambios que pueden suponer un importante ahorro sin renunciar al confort.
1. Ajustar la temperatura del agua de suministro
La temperatura del agua que circula por los radiadores influye directamente en el consumo. En el caso de las calderas de condensación, reducir la temperatura de entrada entre 55 °C y 60 °C es lo más eficiente. A partir de ese punto, calentar más solo desperdicia energía.
En cuanto al agua caliente, no conviene superar los 60 °C en invierno y se recomienda bajarla hasta los 50 °C en verano, cuando no se necesita tanta temperatura. Este simple cambio reduce el gasto de gas sin afectar el confort en duchas o baños.
2. Programar la caldera y aprovechar el termostato
Según el medio Hovege, una programación adecuada es otra clave para reducir el consumo. No es necesario mantener la misma temperatura las 24 horas. Esta práctica reduce el trabajo de la caldera, prolonga su vida útil y puede suponer hasta un 5 % menos de consumo energético.
Los especialistas aconsejan bajar unos 2 °C durante la noche, cuando el cuerpo tolera mejor el frío, y programar el encendido una hora antes de levantarse para disfrutar de un ambiente cálido al despertar.
3. Mantenimiento y limpieza anual
El tercer punto es el más olvidado, pero también el más importante. Se trata de realizar un mantenimiento anual completo. Una limpieza y ajuste profesional evitan averías costosas y garantizan que la caldera funcione a su máximo rendimiento. Saltarse esta revisión puede aumentar el consumo y reducir la eficiencia con el tiempo.
Cuánto se puede ahorrar realmente
Para una familia de cuatro personas que vive en una casa de 100 m², la temporada de calefacción —de octubre a abril— suele representar un consumo medio de 1.500 m³ de gas.
Según Hovege, aplicando los ajustes recomendados, el ahorro estimado sería:
- 7 % menos de consumo al reducir la temperatura del agua de los radiadores.
- 3 % menos al optimizar el agua caliente sanitaria.
- 5 % menos con una programación adecuada.
En total, la reducción alcanza aproximadamente un 13 % del consumo.
Pequeños gestos, grandes resultados
Optimizar el uso de la caldera no requiere grandes inversiones, solo un poco de atención. Ajustar las temperaturas, programar el termostato y realizar el mantenimiento anual son pasos sencillos que no solo reducen la factura del gas, sino que también mejoran la eficiencia energética del hogar y contribuyen a un consumo más sostenible.
