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Israel arremete contra España y los países que se van de Eurovisión: “Que la desgracia recaiga sobre ellos”

Israel arremete contra España y los países que se van de Eurovisión: “Que la desgracia recaiga sobre ellos”

El Gobierno israelí celebra el apoyo de la UER a su continuidad en el certamen. La BBC defiende que "se trata de hacer cumplir con las normas y de ser inclusivos". 

El escenario del festival de Eurovisión 2025
El escenario del festival de Eurovisión 2025Sebastian Reuterwww.reuterphotography.com

Israel ha cargado con todo contra España y los otros países que han decidido plantarse y marcharse de Eurovisión tras la confirmación de la Unión Europea de Radiodifusión (UER) de que el país seguirá participando en el festival de la canción. El ministro de Exteriores israelí, Gideon Saar, ha desenterrado la artillería verbal y en su cuenta de X ha dejado una frase que ya circula por todas partes: "Que la desgracia recaiga sobre ellos”. El portazo español al certamen junto a Irlanda, Países Bajos y Eslovenia se ha hecho efectivo tras la ratificación habrá participante israelí en la edición del 16 de mayo de 2026 en Viena.

La sentencia no ha sido lo único que dicho Saar para arremeter contra los países que han decidido abandonar Eurovisión:  “Me avergüenzo de aquellos países que han decidido boicotear un concurso musical como Eurovisión debido a la participación de Israel”. El ministro, sin embargo, ha aplaudido la decisión de la UER y ha subrayado que el apoyo mayoritario a la continuidad del país en el certamen deja a los que se retiran en mal lugar. 

A ese tono vehemente se ha sumado el presidente israelí, Isaac Herzog, aunque todo con un envoltorio más institucional, celebrando la “solidaridad, compañerismo y cooperación” demostrada por la mayoría de miembros de la UER, agradeciendo a los países que, según él, han defendido “el derecho de Israel a seguir contribuyendo y competir en Eurovisión” en un mensaje que también ha difundido en X y en el que confía en que el certamen siga siendo un espacio de “amistad entre naciones y entendimiento cultural transfronterizo”.

Toda esta situación se produce después de una votación clave en la Asamblea General de la Unión Europea de Radiodifusión, celebrada este jueves en Ginebra. Los representantes de 68 cadenas públicas de 56 países han respaldado por abrumadora mayoría (738 votos a favor, 264 en contra y 120 abstenciones) un paquete de reformas que, de facto, ratifica la permanencia de Israel. Entre los cambios figuran la reducción del peso del televoto, la vuelta de los jurados profesionales en las semifinales y la puesta en marcha de medidas técnicas que permitan blindar el concurso ante intentos de fraude. No ha hecho falta un voto específico sobre Israel: la mayoría ha considerado suficiente el aval a las reformas.

La votación, además, se ha realizado de forma secreta a petición de varios países, entre ellos España, según fuentes conocedoras de la reunión. Ese detalle ha añadido un punto más de suspense al día y ha dejado entrever hasta qué punto estaba caldeado el debate.

Con la decisión ya sobre la mesa, la reacción en cadena ha llegado poco después y como habían advertido, España, Irlanda, Países Bajos y Eslovenia han formalizado su retirada. En RTVE, que ya había mostrado públicamente su posición a la participación de Israel, lo ha notificado con un comunicado y un mensaje del presidente del ente público, José Pablo López, quien ha lamentado en X que “Eurovisión no es un concurso de canciones sino un festival dominado por intereses geopolíticos y fracturados”. Islandia, otro país crítico con la presencia de Israel, no ha aclarado qué hará y Bélgica lo decidirá “en los próximos días”. 

El movimiento español, además, tiene implicaciones inmediatas: RTVE no emitirá ni las semifinales del 12 y 14 de mayo ni la final del día 16. Una decisión histórica después de 60 años de participación en el concurso y que, al no tener que elegir a un representante de España para Eurovisión, cambiará el Benidorm Fest, que se celebrará en febrero de 2026. 

Un Big Five dividido

Tras la salida de estos cuatro países, a la espera de lo que hagan Islandia y Bélgica, otros socios del núcleo duro de Eurovisión han cerrado filas con la UER. La BBC británica ha respaldado la decisión de mantener a Israel en el certamen: “Se trata de hacer cumplir las normas de la UER y de ser inclusivos”, ha dicho un portavoz. La televisión pública alemana ARD también ha defendido la resolución, subrayando que las reformas aprobadas buscan “fortalecer la transparencia, la neutralidad y la justicia” del festival.  La cadena alemana ha recordado, además, que el concurso lo organizan los miembros de la Unión Europea de Radiodifusión, no los Gobiernos, por lo que la emisora israelí KAN ha cumplido todos los requisitos necesarios para acudir a Viena. Su ministro de Cultura, Wolfram Weimer, había advertido días antes de que si Israel quedaba fuera, Alemania tampoco participaría.

El anfitrión de Eurovisión 2026, Austria, también ha mostrado su satisfacción después del resultado de la asamblea y el director general de la ORF, Roland Weissmann, ha descrito la reunión de Ginebra como “un signo perfecto de una UER saludable”, convencido de que el voto refleja la “unidad” del ente y no división. Un enfoque diametralmente opuesto al de los países que se acaban de marchar, pero que encaja con la tendencia mayoritaria.

Con todo el maremágnum diplomático de fondo, queda el impacto real del movimiento: la audiencia internacional de Eurovisión 2026 sufrirá un golpe evidente. Cuatro países con gran seguimiento —España, Irlanda, Países Bajos y Eslovenia— no participarán ni retransmitirán el certamen. Viena acogerá el festival el 16 de mayo, sí, pero lo hará con un ambiente político irrespirable y una grieta cada vez más visible dentro de la propia UER.