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Adiós a las duchas diarias: alertan del impacto de uno de los hábitos más arraigados en nuestra factura de la luz

Adiós a las duchas diarias: alertan del impacto de uno de los hábitos más arraigados en nuestra factura de la luz

Un experto alerta del gasto oculto que representan en nuestro consumo eléctrico y propone un truco fácil para ahorrar hasta 100 euros al año en la factura de la luz.

Persona duchándose con agua caliente en casa, símbolo del consumo energético y del gasto en la factura de la luz.
Ducharse con agua caliente es uno de los gestos cotidianos que más dispara la factura eléctrica.Fiordaliso

Lo de cantar en la ducha puede salir caro. Muy caro. Ese instante sagrado donde muchos se creen Pavarotti, acaban empapando el suelo y se reconcilian con la vida bajo el chorro agua caliente se ha convertido, según algunos expertos, en el origen uno de los mayores agujeros de la factura de la luz. Así lo cree el responsable de producto de la firma Oras, el finlandés Juhani Lempinen, que ha hecho sus cuentas para calcular el coste de darse una ducha y los números que le han salido son para pensárselo bien antes de abrir el grifo.

Su análisis, publicado en el portal económico Talouselämä, deja claro que el agua caliente es el vampiro energético del baño: no se ve, no hace ruido… , pero chupa luz como nadie. Con un caudal medio de 12 litros por minuto y el agua a unos 38 grados de temperatura, cada minuto bajo el chorro equivale a 672 Wh de energía. Así que una ducha de casi 4 minutos ronda los 2,7 kWh, más de lo que gasta una nevera en todo un día.

Si ese cálculo los trasladamos a a España, donde el kilovatio hora ronda los 0,18 euros de media, ducharse a diario cuesta unos 18 céntimos por persona. Parece poco, pero no lo es, porque una familia de cuatro miembros puede llegar a gastar más de 260 euros al año solo en duchas. Y eso sin contar el agua, que también sube en la factura.

El gesto que corta la factura (y no el agua)

Los expertos coinciden en que el problema no está en ducharse, sino en cómo se hace. La combinación de agua caliente y los minutos extra convierten la rutina higiénica en un pequeño lujo energético. De hecho, según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el gasto de calentar agua representa más del 25% del consumo de un hogar.

Lempinen propone un truco tan simple como eficaz: cerrar el grifo mientras uno se enjabona. Con ese gesto, el consumo de agua caliente se reduce a la mitad, y también el gasto energético. En cifras, el ahorro anual para una familia de cuatro podría superar los 80 o 100 euros, sin perder un solo gramo de limpieza ni dignidad.

No hace falta ducharse con cubos ni convertirse en finlandés para ahorrar, pero sí conviene pensárselo antes de montar cada mañana un recital de agua caliente. En tiempos en los que la luz, el gas y hasta el café parecen artículos de lujo, quizá sea hora de dejar que el planeta, y la factura, respiren un poco.