Según la fisioterapeuta Ana Galeote, estos son los beneficios y lo que tienes que saber antes de usar calzado 'barefoot', del que ella es muy fan
Es lo más parecido a andar descalzos.
Caminar descalzo o estar descalzo el máximo tiempo que podamos es uno de los diez hábitos para cuidarse y ganar años de vida que Ana Galeote recomienda en su reciente libro Cuerpo solo hay uno.
"Con el fin de ahorrarte caídas, prevenir fracturas, evitar lesiones, mejorar el equilibrio, ganar fuerza y recuperar la movilidad de los pies te presento el hábito número 3: descalzarse", escribe Galeote.
Y es que las extremidades inferiores tiene la función de actuar como palanca para impulsar el cuerpo durante la marcha, absorber el impacto del suelo y proteger las rodillas, soportar el peso de nuestro cuerpo y son fundamentales para mantener el equilibrio, una de las claves para la salud y la longevidad. Cuando los vestimos con zapatos de tacón, con botas de plataforma o los enfundamos en unas zapatillas con poco espacio para sus dedos estamos debilitando su musculatura y perdiendo capacidades. De ahí la recomendación de la especialista.
Pero como culturalmente no tenemos el hábito de ir descalzos y en determinados contextos es casi imposible, Galeote propone otra opción con efectos similares en nuestros pies: usar barefoot o calzado respetuoso.
Este tipo de calzado minimalista, que ya han usado numerosas influencers y celebrities, entre ellas la reina Letizia —para luchar contra el dolor que le prvoca el neuroma de Morton y la metatarsalgia que padece—, se adapta a la forma natural del pie, casi como si fuésemos descalzos.
Pero antes de usarlos, advierte la fisioterapeuta, debemos asegurarnos que cumple con estas características:
- Tiene horma ancha: la parte delantera no acaba en punta sino que es ancha, ofreciendo espacio a los dedos.
- De suela fina: para facilitar el contacto del pie con el suelo y facilitar la estimulación de los receptores.
- Drop 0: el talón y el dedo gordo están a la misma distancia del suelo, no hay inclinación en el pie.
Y recuerda que este tipo de calzado no se puede usar de un día para otro y que hay que incorporarlo poco a poco al día a día. "Para iniciarte, póntelas para dar paseos cortos, de cinco o diez minutos, y conforme te pida el cuerpo ve aumentando el tiempo", aconseja Galeote.