Hasta las almohadas viejas olerán a limpio con las reglas para acabar con el polvo, el sudor y la suciedad
Todo depende del tipo que sea.

A todos nos gustan dormir sobre una almohada mullida, cómoda, pero sobre todo limpia. El paso del tiempo hace que sean foco de acumulación de hongos, gérmenes, secreciones cutáneas, mohos y alérgenos, más sino se lavan con cierta regularidad. Y es que la falta de limpieza en estos útiles del hogar pueden desembocar en enfermedades cutáneas y reacciones alérgicas.
Para evitar todo estos problemas, el proceso de lavado de la almohada empieza antes de meterla a la lavadora. Es fundamental leer la etiqueta y saber el modo de lavado adecuado, sellar cualquier daño en la funda para evitar que el relleno se pueda escapar, aspirar o quitar el polvo de la almohada y, de haber manchas, usar un quitamanchas.
En este sentido, cabe recordar que las almohadas sintéticas como el poliéster y el plumón sintético se deben lavar a 40º y seleccionar el ciclo de lavado sintético. Por su parte, el plumón y las plumas han de lavarse a una temperatura no superior a 30º, sin centrifugado intensivo o a mano.
En lo que respecta al detergente, debes apostar por uno líquido para prendas delicadas que no dañe el relleno y evitar el blanqueador y el suavizante.
Asimismo, en cuanto al lavado y el centrifugado, el secreto pasa por volver a lavar las almohadas para eliminar cualquier resto de detergente y centrifugarlas a la velocidad más baja o incluso a mano de ser el relleno natural.
Por último, seca las almohadas a la sombra, dándoles la vuelta y sacúdalas periódicamente. De tener una, usa la secadora a baja temperatura para prendas delicadas.
Frecuencia para lavar las almohadas
Sobre la frecuencia de lavado, todo depende del tipo de almohada a lavar:
- Almohadas sintéticas: una vez cada 3-4 meses
- Almohada de plumas: una vez cada 6 meses
- Fundas de la almohada: semanalmente
