Jamie Lee Curtis posa con unos gruesos labios de cera y se muestra implacable contra el "genocidio" de la cirugía estética
La actriz se encuentra promocionando el estreno el próximo 8 de agosto de Ponte en mi lugar de nuevo, junto a Lindsay Lohan.
La entrevista ya ha dado la vuelta al mundo. Se publicó en el diario The Guardian el pasado sábado y en ella, además de hacer un repaso a su prolífica y acreditada carrera como actriz, Jamie Lee Curtis, de 66 años, arremete sin pelos en la lengua contra la industria cosmética durante la conversación y durante la sesión de fotos, posando con unos grandes labios rojos de cera.
"Los labios de cera son mi declaración contra la cirugía plástica. He denunciado abiertamente el genocidio de una generación de mujeres por parte del complejo industrial cosmecéutico, que se han desfigurado. Los labios de cera realmente lo demuestran", explica durante la conversación con la periodista.
La actriz y productora, que en estos días se encuentra promocionando la película Ponte en mi lugar de nuevo, reconoce la dureza de la palabra empleada, pero lo hace con toda la intención: "He usado esa palabra durante mucho tiempo y la uso específicamente porque es fuerte. Creo que hemos aniquilado una o dos generaciones de la apariencia humana natural".
Curtis clama contra el uso de productos químicos, procedimientos quirúrgicos, rellenos... que las mujeres se ven obligadas a utilizar para mejorar su aspecto, pero que altera notablemente su apariencia. "La gente quiere un rostro con filtro. Ahora mismo no tengo filtro. En cuanto me pongo un filtro y veo el antes y el después, es difícil no pensar: 'Bueno, eso se ve mejor'. Pero ¿qué es mejor? Mejor es falso. Y hay demasiados ejemplos, no los nombraré, pero recientemente hemos sufrido una gran avalancha mediática, con muchas de esas personas", señala.
Jamie Lee Curtis reconoce que ella también ha pasado por quirófano para mejorar su aspecto: fue a los 25 años, después de escuchar un comentario en un rodaje sobre sus ojeras. Se arrepintió y con los años ha tomado la decisión de llevar el pelo gris y evitar los retoques quirúrgicos, aunque tampoco juzga a quien lo hace: "Porque no me importa. No importa. No les estoy haciendo proselitismo. Jamás diría una palabra. Jamás le diría a nadie".