Los reyes Felipe y Letizia encabezarán la delegación española el próximo sábado en el funeral del papa Francisco en San Pedro (Roma) y lo harán vistiendo de riguroso negro, como manda la ocasión y como han hecho durante estos días. 

El protocolo del Vaticano es claro y en los funerales u otras ceremonias de luto las mujeres deben ir de negro, con los brazos cubiertos y mantilla. Sin embargo, durante otro tipo de actos como audiencias o encuentros con el pontífice, la reina Letizia es una de las seis mujeres en todo el mundo que puede vestir de blanco. 

Este privilegio se conoce como privilegio del blanco y se trata de una regla dentro del protocolo Vaticano que permite a las reinas de las monarquías históricamente católicas y con lazos con la Santa Sede vestir de blanco en sus encuentros con el pontífice.

Por lo tanto, no se trata de un privilegio otorgado a nivel individual a la reina Letizia, sino que se trata de un privilegio que adquirió tras la proclamación de Felipe VI, cuando se convirtió en reina consorte. De hecho, Letizia vistió de blanco durante la audiencia de los reyes con el papa Francisco en junio de 2104, días después de la proclamación. 

Anteriormente, cuando todavía era princesa de Asturias, Letizia cumplió el protocolo a rajatabla, vistiendo de riguroso negro. En una audiencia con Juan Pablo II en 2005, visitó un vestido negro de manga larga con mantilla y peineta, y en marzo de 2013, durante la misa para inaugurar el papado de Francisco también eligió un vestido negro por debajo de la rodilla y la tradicional mantilla sobre la cabeza. 

Además de la reina Letizia, solo otras cinco mujeres en el mundo pueden cambiar el negro por el blanco al encontrarse con el papa. Son la reina emérita Sofía, las reinas Paola y Matilde de Bélgica, la gran duquesa María Teresa de Luxemburgo y la princesa Charlène de Mónaco. 

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