No hay pelo bonito sin un cuero cabelludo sano: cómo cuidarlo y qué productos utilizar
En función de si es graso, seco o existen patologías hay que aplicar cuidados diferentes.

Todo el mundo quiere tener pelazo. Por eso muchas personas implementan rutinas con numerosos productos y destinan altas sumas de dinero en champús, lociones y todo tipo de mascarillas para intentar tener una melena sana, fuerte, brillante y cuidada.
Sin embargo, a veces se olvida que el cuero cabelludo también debe cuidarse y que si no está sano es poco probable que pelo luzca tan bonito como se pretende. "Al igual que cuidamos la piel de todo nuestro cuerpo, es también fundamental cuidar la piel de nuestra cabeza", recuerda la tricóloga Alba Gómez, directora de la Unidad Capilar en la clínica IMR.
"Si se desequilibra a este nivel la producción de sebo, la renovación de la piel, las poblaciones de microorganismos que lo habitan, o la producción de sudor, el ecosistema estable desaparece y fenómenos como la inflamación o la descamación pueden aparecer", alerta sobre los problemas que puede causar un cuero cabelludo con poca salud.
La dermatóloga destaca que "al igual que cuidamos el cabello o tallos pilosos, también debemos hacer lo propio con la piel del cuero cabelludo", algo con lo que coincide Pablo Fernández-Crehuet, dermatólogo del GEDET y de Crehuet dermatólogos. "El cuero cabelludo es la 'base' sobre la que se asienta la fibra capilar o tallo piloso: un cuero cabelludo equilibrado proporciona un entorno óptimo para que el cabello nazca, crezca y tenga mejor aspecto, y evita síntomas que empeoran la estética como el picor, la caspa visible o exceso de grasa pegada", detalla el doctor.
Además, Fernández-Crehuet recuerda que existen patologías propias del cuero cabelludo como "dermatitis seborreica, psoriasis o el acné" que pueden no solo ser molestas para la persona, sino "alterar la apariencia del pelo y su sensación al tacto", por lo que es fundamental tratarlas.
La rutina para mantenerlo sano
Lo fundamental para mantener el cuero cabelludo sano es la higiene. "Vamos a emplear champús que lo limpien en profundidad al menos tres veces en semana. Deben ser champús con suficiente capacidad detergente para eliminar los restos de piel muerta, contaminación, sudor o exceso de grasa", explica Alba Gómez, que matiza que hay que hay que tener en cuenta las necesidades de cada cuero cabelludo.
"Si es una piel sensible, aplicaremos aceites calmantes; si es una piel muy seca, productos que hidraten; si la descamación aparece, productos exfoliantes y si hay inflamación o picor, tratamientos que la resuelvan y calmen. En resumen, una higiene correcta, acompañada de los productos complementarios que necesite nuestra piel de la cabeza, igual que lo hacemos con la del resto del organismo", añade la tricóloga.

El doctor Fernández-Crehuet coincide en que el primer paso es una limpieza adecuada y da una clave importante: "Usar un champú suave y realizar un masaje moderado para retirar restos y favorecer la microcirculación". El experto señala que si hay algún problema específico se debe utilizar un champú de tratamiento siguiendo la recomendación de une especialista y alternarlo con un champú neutro o suave.
"Hay que utilizar el acondicionador y mascarilla en largos, evitando aplicar el acondicionador en la zona del cuero cabelludo salvo indicación expresa ya puede aportar grasa", añade Fernández-Crehuet sobre la rutina a seguir, en la que también recomienda evitar agresiones. Entre ellas, "secador muy caliente a corta distancia, peines que traccionen, peinados muy tirantes o productos irritantes en la raíz".
Las diferencias entre cuero cabelludo graso o seco
En función de si hablamos de un cuero cabelludo seco o graso, se necesitarán cuidados diferentes para mantenerlo sano y, en consecuencia, tener una melena bonita. "La 'grasa' del cuero cabelludo depende de la producción de las glándulas sebáceas asociadas a los tallos pilosos. En general, cada tallo tiene al lado de su raíz, por debajo de la piel, una glandulita que produce sebo. Esta producción está regulada por múltiples factores, incluidos los hormonales", detalla Gómez.
"Una producción elevada de grasa nos va a molestar, porque veremos un pelo excesivamente hidratado, lacio y con aspecto de suciedad constante. Esto nos obligará a usar productos de limpieza más agresivos e incluso a querer hacer tratamientos farmacológicos para controlarla", destaca la tricóloga. "Sin embargo, un descenso en la producción, provocará un cuero cabelludo seco, con tendencia al picos y unos tallos pilosos con aspecto más fosco y encrespado, y los elementos hidratantes serán nuestros mejores aliados, tanto a nivel de la piel como de la fibra capilar", apunta la experta.
Por su parte Fernández-Crehuet recuerda que un cuero cabelludo graso puede dar lugar a problemas como "pelo apelmazado, aspecto sucio rápidamente, mayor riesgo de caspa grasa o descamación oleosa, molestias por olor o sensación grasa", por lo que será necesario hacer lavados más frecuentes y, si es necesario, evaluar posibles causas con un dermatólogo.

En cuando al cuero cabelludo seco, puede provocar "picores, descamación fina diferente a la caspa grasa, cabello apagado y más quebradizo en largos si además falta hidratación". Por eso es importante, tal y como explica el dermatólogo, usar limpiadores suaves o evitar lavados con agua muy caliente.
¿Son necesarios varios champús?
Ante todos estos consejos, surge la duda de si es necesario tener diferentes champús para el cuero cabelludo o la melena y si cada uno debe cumplir con una función. "El champú tiene como principal acción limpiar la piel del cuero cabelludo, y para eso vamos a utilizarlo, sobre todo en la piel", recuerda Gómez.
"A nivel de la melena, la acción limpiadora no es tan relevante y nos centraremos en productos restauradores de la estructura de la fibra capilar. Fundamentalmente, productos con acción hidratante que restauren la capa lipídica que cubre la cutícula, como acondicionadores, mascarillas o sérums", detalla la tricóloga, que explica que la mayoría de champús del mercado ya incluyen varios de estos ingredientes a la vez en sus fórmulas de doble acción.
Para Fernández-Crehuet "no es obligatorio tener dos envases distintos, pero sí conviene usar productos con objetivos distintos para cada zona". En el caso del champú, depende de las necesidades de cada persona. "Si el cuero cabelludo requiere tratamiento (anticaspa, medicado), usar un champú terapéutico en la raíz y alternarlo con un champú neutro para no irritar. Si el cuero cabelludo está sano pero los largos necesitan tratamiento cosmético (nutrición, puntas abiertas), elegir un champú limpiador neutro y un acondicionador o mascarilla nutritiva para los largos", recomienda el dermatólogo.
