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Asombro entre médicos por la pesadilla de un hombre al comer calabaza: "Vi cómo se me caía el pelo y se me pelaba la piel"
Salud

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Asombro entre médicos por la pesadilla de un hombre al comer calabaza: "Vi cómo se me caía el pelo y se me pelaba la piel"

La intoxicación, causada por una sustancia presente en algunas cucurbitáceas, le provocó vómitos, caída de cabello y un fuerte deterioro de la piel.

Un chef prepara unas calabazas al horno.Liz Hafalia

El profesor francés de música y matemáticas, Bertrand Carbonneaux, no sospechó nada raro cuando hace unas semanas se puso a preparar una calabaza que había comprado en su tienda ecológica de confianza. Aunque notó un sabor amargo al probarla, él lo achacó a un despiste en la cocina. "Pensé que la había quemado”, ha confesado en una entrevista publicada por la revista Le Parisien. Lo que no imaginaba Bertrand era que aquel plato iba a desencadenar una reacción que le provocaría vómitos durante tres días y, después, una caída masiva de pelo, tanto en la cabeza como en el resto del cuerpo.

Todo empezó el pasado 21 de marzo, cuando Bertrand Carbonneaux, un parisino de 52 años que sigue una dieta vegana, decidió prepararse una cena con la calabaza y el resto de las verduras que se había comprado esa misma mañana en una tienda ecológica de su barrio. Aquella noche, para Bertrand todo se convirtió en un infierno. "Me pasé toda la noche vomitando, no me daba ni tiempo a llegar al baño", cuenta. Al día siguiente, destrozado y con el cuerpo machacado, pensó que lo peor había pasado. Se equivocaba.

Porque según ha explicado al diario francés, los efectos de esa intoxicación fueron a peor con el paso de los días. Su piel empezó a pelarse y su melena, que normalmente llevaba recogida en una coleta, empezó a ser menos poblada. "“A los cinco días pude comprobar cómo se caía el vello de las manos. Una mañana me quité el pijama y vi que tenía todo el cuerpo pelado. Me peiné y todo el pelo se quedó en el cepillo", relata con preocupación.

La responsable de todo el proceso es la cucurbitacina, una toxina que aparece de forma natural en algunas calabazas, sobre todo en las silvestres o en las que se usan solo como decoración. A veces, por error, acaban en la sección de frutas y verduras de una tienda de alimentación o de un supermercado. Según la Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria (ANSES, por sus siglas en francés), esta sustancia amarga sobrevive a las temperaturas propias de una cocción y su función es actuar como un método de defensa de la planta frente a sus depredadores, como las orugas. Los síntomas de intoxicación empiezan con náuseas, vómitos y dolor abdominal, pero pueden evolucionar hacia la caída del cabello y del vello en el resto del cuerpo.

Carbonneaux no sabía nada de esto hasta que una amiga, madre de una de sus alumnas, le preguntó si había comido calabaza. Se puso a buscar información en internet y pronto ató todos los cabos. "Cuando me enteré, me caí de la silla del susto", admite. El agobio fue tal que empezó a darle vueltas a todo tipo de enfermedades. “Vale, puedo quedarme calvo, bueno. Pero ¿y después qué? ¿Se me fastidia un hueso? ¿Se me va un órgano?", se preguntaba entonces, con la cabeza hecha un lío.

No es la primera vez que pasa algo así en Francia. El dermatólogo Philippe Assouly, del hospital Saint-Louis de París, publicó en 2018 un estudio en JAMA Dermatology sobre dos mujeres que perdieron el pelo tras comer calabaza. Desde entonces, la ANSES lanza una alerta cada otoño, justo cuando se acerca Halloween: "¡Cuidado con las calabazas amargas!", advirtió el año pasado. El susto de Bertrand ha sido de los grandes, pero con el tiempo el pelo volverá a crecer. Mientras tanto, este fan declarado de las verduras ya ha tachado una para siempre.