Nichlas Farup, un danés de 48 años, ha relatado en la televisión de su país el duro mensaje que recibió de su médico: "Si empiezas a tomar testosterona, puedes morir por ella". 

Pese a esa advertencia, recoge Nyheder, recurrió a ella debido a la situación de tristeza y de falta de energía que sentía. Fue un amigo el que le recomendó que chequeara sus niveles de testosterona.

Estos, cuenta el medio, estaban dentro de los límites normales pero tirando a lo bajo, por lo que no se le podía recetar testosterona. Sin embargo, Farup acudió en 2019 a una clínica privada "que le recetó la hormona artificial".

Desde entonces, calcula que se ha gastado alrededor de 150.000 coronas (unos 20.000 euros al cambio) en la hormona.

Martin Blomberg Jensen, médico jefe de la unidad de investigación de enfermedades hormonales y metabólicas del Hospital Herlev, desaconseja totalmente seguir este ejemplo y avisa de las consecuencias: más riesgo de coágulos de sangre en las piernas y los pulmones, alteraciones del ritmo cardíaco, insuficiencia renal o problemas de próstata, entre otros, si no se sigue la pauta de un profesional.

El propio Farup relató que al tomarla experimentó estados de ánimo inestables y aconseja no tomarla a la ligera: "Hacerlo no es gratuito, ni financiera ni física ni psicológicamente". 

Lamenta, además, no haber hecho "lo suficiente" antes de empezar a tomar hormonas porque "no hay vuelta atrás".

Como en cualquier asunto que tenga que ver con la salud, lo ideal siempre es seguir las recomendaciones de tu médico según cada caso en concreto.