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Golpe a la ceguera con un nuevo interruptor molecular: "Hasta hoy no había terapias para recuperar la visión"

Golpe a la ceguera con un nuevo interruptor molecular: "Hasta hoy no había terapias para recuperar la visión"

Hacia nuevas terapias para tratar las enfermedades oculares degenerativas.

Imagen de recurso de un laboratorio durante un experimento.Andrew Brookes

Un interruptor molecular, llamado Ziapin2, ha demostrado su capacidad para devolver a los fotorreceptores dañados por enfermedades oculares degenerativas, como la retinitis pigmentosa o la degeneración macular asociada a la edad, su habilidad de responder a los estímulos de luz que reciben. Así lo indicaría  el resultado de los ensayos preclínicos, que se han publicado la revista Nature, llevados a cabo por el Instituto Italiano de Tecnología (IIT) y el IRCCS Ospedale Policlinico San Martino de Génova, según el portal Ansa.

La retinitis pigmentosa es una enfermedad degenerativa que afecta a una de cada 3.500 personas, mientras que la degeneración macular ligada a la edad se presenta en el 7%-8% de la población. Aunque el origen de las dos enfermedades es diferente, una es genética y la otra está vinculada al envejecimiento, ambas tienen algo en común: no cuentan con un tratamiento efectivo. Las prótesis retinianas, solución médica empleada hasta ahora, solo han podido demostrar una eficacia parcial, incapaces de restaurar completamente la visión de los pacientes diagnosticados con estos problemas.

Sin embargo, la molécula Ziapin2 promete cambiar el panorama. Sintetizada en 2020 por los científicos italianos Chiara Bertarelli, Guglielmo Lanzani y Fabio Benfenati, la partícula actúa como un fototransductor que absorbe luz para convertirla en una señal eléctrica. Al integrarse en la membrana de las neuronas, la Ziapin2 no solo regula su excitabilidad ante los estímulos lumínicos sino que tampoco crea interferencias ni con los canales iónicos ni con los receptores de neurotransmisores. Una solución científica "muy prometedora para la recuperación de las respuestas visuales en casos con fotorreceptores dañados", según ha explicado el coordinador del Centro para la Neurociencia Sináptica y Tecnología del IIT, Fabio Benfenati.

Aunque Ziapin2 no se ha probado aún en personas, los resultados obtenidos en modelos preclínicos son esperanzadores. Su capacidad para regenerar el antagonismo natural, que es clave para que la retina procese estímulos luminosos con precisión. Una función que determina que la visión se vuelva más cercana a la natural.

Pese al avance científico, es importante ser cautelosos. A pesar del entusiasmo inicial que ha generado, Ziapin2 todavía está en las primeras etapas de su desarrollo. Antes de que se convierta en una terapia real, serán necesarios más estudios para garantizar tanto su seguridad como su eficacia en humanos.