Un expaciente de psiquiatría inicia la gran lucha contra los fármacos: "Ésta eres tú, cobrando vida"
Está liderando un controvertido movimiento para que mucha gente deje la medicación psiquiátrica a la que esté enganchada desde hace años.

A Laura Delano, que no es médico, le gusta que la califiquen como “una paciente psiquiátrica profesional entre los 13 y los 27 años”. Así se define a sí misma. Estudió en la Universidad estadounidense de Harvard y fue jugadora profesional de squash en su país. Por aquel entonces le recetaron 19 medicamentos psiquiátricos, que incluían a menudo en combinaciones de tres o cuatro a la vez. Y acaba de contar en su libro de memorias sobre la dependencia a estos fármacos Unshrunk: A Story of Psychiatric Treatment Resistance.
Esta mujer decidió a alejarse por completo de la atención psiquiátrica y 14 años después de tomar su último psicofármaco, ha publicado este libro contando su experiencia, como relata The New York Times. Delano tiene, en la actualidad, una salud radiante que también a ella le sirve de argumento: la prueba viviente de que, desde el principio, sus psiquiatras estaban equivocados.
Ella defiende, para alarma de algunos médicos, una subcultura en expansión al estilo “hazlo tú mismo”, centrada en dejar los medicamentos psiquiátricos, que ha empezado a madurar hasta convertirse en una industria de servicios. Y Delano es una figura central en este cambio.
Desde su casa en las afueras de Hartford, Connecticut, ofrece asesoramiento a clientes que pagan por ello. Pero sus ambiciones son mayores. A través de Inner Compass Initiative, la organización sin fines de lucro que dirige con su esposo, Cooper Davis, espera proporcionar apoyo a una amplia franja de personas interesadas en reducir o abandonar la medicación psiquiátrica.
“La gente se está dando cuenta de que no es necesario que busque a un doctor que sepa cómo hacer esto. Puede que ni siquiera necesiten decírselo a su médico. Vi la demanda de lo que podía ofrecer y tomé la difícil decisión de dejar de regalar mi tiempo”, según escribe en sus memorias.
Hoy en día, el mercado de la asistencia para la abstinencia por medicamentos psiquiátricos está abarrotado, y algunas clínicas privadas de Estados Unidos y otras partes del mundo cobran miles de dólares a la semana por los tratamientos.
Delano ofrece asesoramiento y por 595 dólares (538 euros) al mes puedes unirte a un programa de apoyo en grupo. Pero el proyecto que más les entusiasma es la comunidad de miembros que alberga su organización sin fines de lucro, Inner Compass Initiative, que, por 30 dólares al mes (27 euros), conecta a los miembros mediante transmisiones en directo, reuniones de Zoom y una red social privada.
Ella y su marido sueñan con una red nacional de “desprescripción” similar a la de Alcohólicos Anónimos, dice Cooper Davis. “Sabemos que se avecina un cambio radical”, dijo. “Ya está empezando. En muchos círculos, está muy desactualizado tomar medicación psicológica”, añade. Y en las primeras páginas de sus memorias, DElano asegura a los lectores que no es “antimedicación” ni “antipsiquiatría”.
“Para que quede claro, no soy ni lo uno ni lo otro”, escribe. “Sé que mucha gente se siente ayudada por los fármacos psiquiátricos, sobre todo cuando se utilizan a corto plazo”. Delano empezó a recibir correos electrónicos cuando escribió en su blog sobre su proceso para dejar la medicación. La mayoría eran de personas que le pedían consejo sobre cómo hacerlo también ellos, según asegura ella. Y muchos habían intentado dejarlo demasiado deprisa y estaban perdiendo el control, asegura.
Ella los animaba, asegurando a “parejas y padres abrumados y agotados” que lo que estaban presenciando no era una recaída, sino un síndrome de abstinencia. Delano descubrió que dedicaba 25 horas semanales a estas llamadas. Y nació un negocio de asesoramientos.
“Suena bastante radical”, admitió. “Imagino que mucha gente lo oiría y pensaría: ‘Eso es peligroso’. Pero ha sido la realidad para miles y miles de personas que se han dado cuenta: ‘tengo que dejar de pensar que la psiquiatría va a sacarme de esta situación’”, opina.
Lo cierto es que en países como Estados Unidos cada vez son más los psiquiatras que están de acuerdo en que el sistema de salud tiene que hacer un mejor trabajo ayudando a los pacientes a dejar los medicamentos psicotrópicos cuando son ineficaces o ya no son necesarios. La proporción de adultos estadounidenses que los toman se acercó al 25% durante la pandemia, según datos del Gobierno de EE UU, más del triple que a principios de la década de 1990.