Un otorrino avisa: si usas este tipo de auriculares, hay algo que debes saber
A la hora de elegir unos auriculares, existen dudas de si son mejores los intrauditivos y los de diadema. El doctor Francisco Lorenzo Molina jefe de Otorrinolaringología en el Hospital Universitario Sanitas Virgen del Mar (Madrid) aclara cuáles son mejores y qué precauciones tener.

Basta con echar un vistazo por la calle o durante un viaje en transporte público para ver que prácticamente todo el mundo escucha música, ve vídeos o hace llamadas con auriculares. De ahí que mucha gente quiera tener unos auriculares de calidad y que, a su vez, cuiden su salud auditiva.
Una de las primeras dudas que surgen es si son mejores los de diadema o los intrauditivos, tipo airpods. Los auriculares de diadema son generalmente más recomendables que los intrauditivos.
"Los auriculares de diadema son generalmente más recomendables porque no se insertan directamente en el canal auditivo, lo que disminuye la presión sonora sobre la membrana timpánica y reduce el riesgo de daño auditivo", explica a El HuffPost el doctor Francisco Lorenzo Molina jefe de Otorrinolaringología en el Hospital Universitario Sanitas Virgen del Mar (Madrid).
Además de por este motivo, recuerda que los auriculares de diadema facilitan el "aislamiento del ruido ambiental sin necesidad de subir demasiado el volumen". "En cambio, los auriculares intrauditivos transmiten el sonido de manera más directa al oído interno, aumentando la probabilidad de pérdida auditiva si se usan a volúmenes altos durante periodos prolongados", recuerda.
El especialista deja claro que una de las principales recomendaciones más allá del tipo de auricular que se use es el tiempo de exposición y el volumen al que se escuche la música. "Es importante mantener el volumen a niveles moderados, evitando superar aproximadamente el 60% de la capacidad máxima del dispositivo y limitar el tiempo de uso continuo a alrededor de una hora, con pausas de descanso de cinco a diez minutos", explica el otorrinolaringólogo, quien aclara que no debe subirse el volumen en entornos ruidosos. "Esto aumenta la presión sonora sobre el oído y eleva el riesgo de daño auditivo", detalla.
Entre los riesgos de escuchar durante mucho tiempo música a volumen elevado se encuentran la "hipoacusia neurosensorial irreversible, acúfenos o zumbidos en los oídos, y fatiga auditiva temporal que puede volverse permanente". Eso, sin tener en cuenta los riesgos asociados a los auriculares que se introducen dentro del oído que, según Lorenzo, "también puede provocar irritación o inflamación del conducto auditivo".
Además de estas recomendaciones que están configuradas en los smartphones y dispositivos de reproducción de música, el experto llama a tener otros factores en cuenta que generalmente pasan desapercibidos como son la limpieza de los auriculares o configurar la ecualización.
"Mantener los auriculares limpios ayuda a prevenir infecciones del canal auditivo, y siempre que sea posible, es preferible usar auriculares de diadema en lugar de intrauditivos", explica el experto, quien recalca que "la ecualización influye en la salud auditiva".
"Los graves muy intensos generan presión acústica que afecta directamente la cóclea, mientras que los agudos elevados impactan las fibras auditivas responsables de las frecuencias altas. Mantener un equilibrio en todas las frecuencias y evitar picos de volumen protege la audición a largo plazo y disminuye la probabilidad de daño irreversible", sentencia Lorenzo.
