De varear olivos a ser vareado en apenas 24 horas: Miguel Ángel Gallardo y el PSOE sufren el peor resultado de su historia en Extremadura, uno de los feudos socialistas
Con un candidato imputado y el PSOE señalado por casos de corrupción y acoso sexual, los socialistas han perdido diez diputados, quedándose en tan solo 18.

Todo parecía estar escrito, por mucho que esta última semana algunos pensaran que algo podría reflotarse gracias a la acusación de posible fraude electoral por parte de María Guardiola después de que unos delincuentes comunes entraran a robar en una oficina de Correos. La debacle tampoco se antojaba difícil de adivinar cuando la política estatal lo empapa todo y en el momento en el que decides presentar a un candidato, Miguel Ángel Gallardo, imputado por presunta malversación y tráfico de influencias en la contratación, hace años, del hermano del mismo Pedro Sánchez. No había nada que hiciera pensar que el PSOE pudiera recuperar ni tan siquiera un poco la Extremadura de los años de Juan Carlos Rodríguez Ibarra y Guillermo Fernández Vara. Los extremeños han puesto el punto final a una historia de feudo electoral socialista, una que ya había comenzado en 2023, cuando los votos de Vox permitieron que el Partido Popular se hiciera con la Presidencia.
Si el adelanto electoral en Extremadura ya pilló al PSOE con el pie cambiado por culpa de la presunta corrupción de sus últimos secretarios de Organización, José Luis Ábalos y Santos Cerdán, las perspectivas se tornaron todavía más desfavorables cuando hace unas semanas comenzaron a saltar un reguero de denuncias por acoso sexual en las filas socialistas que, además, pusieron en una suerte de stand by al Gobierno, con los socios del PSOE alertando de "inmovilismo". Todo ello, ha tenido como efecto el peor resultado de los socialistas en la historia en Extremadura: si en 2023 cayeron de los 34 a los 28 diputados, hasta esa cifra parece ahora una utopía. En estos últimos comicios, el PSOE ha obtenido apenas 18 diputados, diez menos que hace un par de años.
Pese a que nadie vería la parte positiva de un resultado así, en el PSOE, sobre todo en Moncloa, son hasta capaces de ver el lado positivo. Conscientes de lo que iba a pasar, los socialistas confiaban al menos en que el Partido Popular no consiguiese la mayoría absoluta, como así ha pasado. De este modo, María Guardiola dependería de nuevo de Vox para gobernar, y la relación entre ambos no es que sea la mejor. Los de Alberto Núñez Feijóo, como pasó en Valencia, tendrán que aceptar las exigencias de Santiago Abascal, que a tenor de los resultados obtenidos, no serán pocas. Para el PSOE, eso sirve al menos como arma de uso electoralista en Madrid, donde todo se apuesta a la continuidad de Sánchez en La Moncloa. Sánchez, de hecho, ha avanzado que este lunes anunciará los relevos de Pilar Alegría en la Portavocía y el Ministerio. Justo este lunes.
Desde el PSOE habrá quien trate de relegar el resultado a un asunto extremeño, pero no es del todo certero. El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, acudió hasta en cuatro ocasiones a apoyar a Gallardo en campaña. Es más, de no ser así, la movilización socialista podría haber sido incluso menor. El candidato, que no solo está imputado, sino que luego se fue de diputado para aforarse, solo ha restado. Es más, en Villanueva de la Serena, donde Gallardo ha gobernado durante 21 años con mayorías absolutas, el PSOE ha obtenido casi 20 puntos menos que en 2023. El candidato socialista se ha dejado allí más de 3.000 votos.
Esta noche, Gallardo no quiso, tampoco podía, restar gravedad al resultado. "Es muy malo, sin paliativos", dijo para luego dejar evidencia de que nadie puede negarlo: "Una forma de estar ajustado a la realidad y también de tener los pies en el suelo es decir que los resultados son adversos". Por ahora, sin embargo, no ha hecho mayor análisis sobre el resultado, más allá de constatar que son malos. Ha dejado la decisión sobre su continuidad para este lunes, aunque, dimita o no, es difícil atisbarle un futuro político.
Extremadura ha sido solo el primer paso, ahora vendrán Aragón, Castilla y León y Andalucía. En dos de estos comicios se presentarán nada menos que dos exministras: Pilar Alegría, también exportavoz del Gobierno, y María Jesús Montero. No será fácil, por tanto, abandonar la idea de que se juzga algo más que la situación política autonómica, una idea, por otro lado, que alimentará aún más la derecha y la ultraderecha: el inicio del fin de ciclo de lo que llaman "sanchismo", esto es, los años de Presidencia de Sánchez.
