Una técnica en nutrición recomienda la dieta mediterránea a las embarazadas durante una ola de calor
La experta resalta que este tipo de comida combina alimentos frescos, ricos en nutrientes y fáciles de digerir, algo clave cuando las temperaturas se disparan.

En verano, y más aún durante una ola de calor, el embarazo puede convertirse en un reto añadido: la sensación de hinchazón, el cansancio y el riesgo de deshidratación se intensifican. Lo recuerda la técnica superior en Nutrición y Dietética Ana Luzón, así como la influencia que pueden tener los alimentos que se comen en esos momentos. “La dieta mediterránea es una de las más recomendadas en el embarazo porque combina alimentos frescos, ricos en nutrientes y fáciles de digerir, algo clave cuando las temperaturas se disparan”, explica esta experta.
La primera razón por la que es recomendable esta dieta es por la Hhdratación constante y de calidad que proporciona. "En la dieta mediterránea el agua es la bebida principal. En el embarazo, es fundamental beber de forma regular, sin esperar a tener sed. También pueden incluirse infusiones frías sin cafeína y aguas aromatizadas con frutas y hierbas", resalta la técnica en dietética.
Además, en verano se cuenta con más frutas, verduras y hortalizas de temporada a las que recurrir, recuerda Luzón: "Sandía, melón, uva, melocotón, tomate, pepino, calabacín o pimiento son alimentos estrella en verano: hidratan, aportan vitaminas y minerales, y se digieren bien. Las ensaladas completas —con legumbres, huevo cocido, pescado o queso fresco pasteurizado— son una opción ligera y nutritiva".
Otra razón es que este tipo de alimentación aporta proteínas saludables y ligeras, añade esta experta. "El patrón mediterráneo prioriza el pescado (bien cocinado y seguro en el embarazo), el huevo, las legumbres y las carnes magras. Cocinados al vapor, a la plancha o al horno se evitan digestiones pesadas", resalta. Y la dieta mediterránea también nos garantiza grasas de calidad. "Aceite de oliva virgen extra como principal fuente de grasa, frutos secos naturales (en pequeñas cantidades) y aguacate, que aportan energía estable y ayudan a la absorción de vitaminas liposolubles", pone como ejemplo Luzón.
Otras recomendaciones para las embarazadas en momentos de olas de calor son, por un lado, evitar las comidas copiosas y muy calientes, "en lugar de tres grandes comidas, es preferible hacer cuatro o cinco tomas más ligeras al día. Sopas frías como el gazpacho o el salmorejo son ejemplos mediterráneos que refrescan y nutren a la vez". Y, por otro lado, "cuidar el sodio y prevenir la retención": "En una alimentación mediterránea, rica en frutas, verduras y legumbres, el potasio es abundante. Esto permite añadir sal al gusto en las comidas sin riesgo, siempre que se trate de alimentos frescos y no ultraprocesados", recalca.
Además, especialmente en verano y durante el embarazo, "no conviene restringir la sal en exceso —salvo indicación médica— ya que las pérdidas por sudor aumentan y una ingesta demasiado baja puede provocar fatiga, mareos o calambres", recuerda también Ana Luzón. Y concluye recordando que "lo importante es mantener un equilibrio entre sodio y potasio para favorecer una buena hidratación y un correcto funcionamiento muscular y nervioso".
