Este es el restaurante más bonito de España y la peculiar historia de sus patios y sus barriles
El Pimpi es uno de los enclaves que no pueden faltar en la visita a Málaga.

Si por algo destaca nuestro país es por la cantidad de bares y restaurantes que hay por habitante. Diversas fuentes apuntan a alrededor de un establecimiento por cada 175 habitantes, una cifra que lo sitúa como uno de los más altos de Europa. No obstante, no todos los establecimientos son iguales y los hay que, más allá de su gastronomía, acompañan su buena carta de un enclave único.
Es el caso de la bodega bar El Pimpi, en Málaga, que ha sido elegido por Holidayguru como "el más bonito de España", después de que se recopilaran las opiniones de los usuarios que destacaban su belleza en TripAdvisor. Tal y como indican desde el propio establecimiento a El HuffPost, este reconocimiento "significa para nosotros un homenaje al trabajo de todos los que formamos parte de El Pimpi y al cariño con el que recibimos día a día a cada uno de los clientes que han pasado a lo largo de los años por nuestra bodega".
"Creemos que el encanto de nuestro restaurante reside en la combinación de historia, gastronomía y ambiente único, donde cada rincón, desde los barriles firmados por artistas y personalidades hasta nuestras bodegas tradicionales, cuenta una historia propia", señalan.
Precisamente de esa hospitalidad que se respira en los distintos patios al puro estilo malagueño, y sus salones y barras adornados con imágenes flamencas, mosaicos publicitarios, carteles taurinos y sus característicos barriles firmados, una de sus señas de identidad.
Fundado en 1971 y levantado sobre un antiguo caserón del siglo XVIII en la calle Granada, junto al Museo Picasso, la Alcazaba y el Teatro Romano, su nombre se debe a que así es como se conocía a los amables jóvenes que recibían a la tripulación de los barcos y les hacían de cicerones por la ciudad: los pimpis. 50 años después, los turistas que visitan Málaga, ya sea en crucero o en cualquier otro medio de transporte, no faltan a su cita con este establecimiento.
Sus fundadores, Pepe Cobos y Paco Campos, se asentaron en Málaga desde Córdoba para lanzar este establecimiento y que fuera mucho más que una bodega. De hecho, además de sus vinos dulces de uva malagueña moscatel, El Pimpi cuenta con una importante historia y gastronomía que lo ha llevado a ser todo un icono para locales y visitantes. Muestra de ello es que es el sitio de reunión perfecto de los actores y cineastas que visitan cada año el Festival de Cine de Málaga.

Barriles con muchas anécdotas y patios con literatura
El Pimpi no es un restaurante al uso, su estructura tipo caserón hace que se pueda acceder por dos calles, por calle Alcazabilla, frente al Teatro Romano donde cuenta con una amplia terraza, y por calle Granada. En su interior, dos plantas con numerosos salones, barras y patios lo hacen un lugar especial.
Una de las más llamativas es el salón de los barriles, donde, tal y como recuerdan desde El Pimpi, "cada barril tiene su propia anécdota y representa un recuerdo especial de quienes nos han visitado, haciendo de este un local lleno de vida y memorias compartidas".

Allí, donde se criaban los vinos de los Montes de Málaga, hay autógrafos de Robert De Niro, Tony Blair, Luka Doncic Lola Flores, Matías Prats, Alaska, Aitana Sánchez-Gijón, Antonio Gala, Ana Belén, Amaral, Baltasar Garzón o Carmen Thyssen, y de malagueños ilustres como Antonio Banderas, muy vinculado al establecimiento, María Teresa y Terelu Campos, Pablo Alborán o Antonio de la Torre. Un testimonio que queda también plasmado en las numerosas fotos que decoran la barra principal que une ambos extremos del establecimiento.
Con fuentes, macetas y abundante vegetación se adornan sus dos patios: el de la Rempompa, dedicado a la cantaora malagueña nacida en 1937 y fallecida solo con 21 años, y el de Gloria Fuertes, con su fuente barroca que servía antaño de abrevadero, donde la poeta realizaba sus tertulias literarias Viernes de Gloria. De hecho, en este enclave han tenido lugar certámenes de poesía joven en los que Fuertes y otros referentes de la poesía española como Antonio Gala o Rafael Pérez Estrada ejercían como jurado.

En sus salones también llegaron a impartirse clases de la Universidad de Málaga, fundada en 1972, concretamente de la Cátedra de Flamencología y los cursos de verano del centro.
Tal es el vínculo de grandes nombres con El Pimpi, que también se encuentran el Salón Carmen Thyssen, una sala perfecta para tapear, o El Palomar de Picasso, en la parte superior, desde donde se pueden observar unas vistas perfectas de la Alcazaba o el Teatro Romano.
De sus vinos Málaga Virgen a su jamón de castaña o el tomate huevo de toro
A nivel gastronómico, el Pimpi siempre es un buen lugar para tomar un vino dulce de uva moscatel, como sus Málaga Virgen, su Moscatel Iberia o el Cartojal, pero también cuenta con una cuidada bodega de tintos y blancos de D.O.P Vinos de Málaga o D.O.P Sierras de Málaga, así como de otras denominaciones de origen.
Además, hay que acompañarlo de su buena carta de ibéricos, entre ellos destaca su jamón de castaña, los quesos de cabra malagueña o las ensaladas con base de tomate huevo de toro, característico del Valle del Guadalhorce, concretamente de la localidad de Coín, que se caracteriza por su carnosidad y sus pocas semillas. Además, El Pimpi cuenta con Huerta de El Paraíso, en el Valle del Guadalhorce, donde produce buena parte de sus productos ecológicos.
Otras de las tapas típicas son los ligeritos, una suerte de montaditos, los jureles o el salmonete de Málaga, el rabo de toro desmigado o el solomillo de vaca al Pedro Ximénez. Eso sin contar con las innovaciones culinarias de La Sole, un nuevo establecimiento anexo al Pimpi tradicional, donde se puede disfrutar de la fusión japomalagueña en una amplia carta de makis y nigiris, así como un amplio catálogo de coctelería.
