Las vacaciones en la Mérida romana del siglo II eran a todo tren: ostras, spa y alojamiento lujoso
Ofrecía experiencias turísticas de alto nivel hace 2.000 años.

Ni Roma ni la costa mediterránea tenían el monopolio del lujo en la Antigüedad. Un reciente hallazgo arqueológico ha demostrado que Mérida, la antigua Augusta Emerita, fue también un destino turístico de primer nivel en el siglo II d.C., donde los visitantes más adinerados disfrutaban de vacaciones que no desentonarían con las de un complejo de cinco estrellas actual.
El descubrimiento ha sido realizado por un equipo de arqueólogos y estudiantes de la Universidad de Granada (UGR) en colaboración con el Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida. Han revelado que la antigua Augusta Emerita ofrecía experiencias turísticas de alto nivel hace 2.000 años.
Durante tres años de excavaciones, han investigado una lujosa residencia romana conocida como la ‘Casa del Anfiteatro’, ubicada junto al imponente anfiteatro de la ciudad, y han llegado a la conclusión de que funcionaba probablemente como hotel o alojamiento turístico de alto nivel.
Un todo incluído de la época
Uno de los hallazgos más llamativos es la gran acumulación de restos de ostras encontrada en el complejo: unas 800 valvas, que indican que se consumieron al menos 400 ostras. Un manjar caro y exclusivo incluso en época romana, más aún teniendo en cuenta que Mérida no tiene acceso al mar, lo que implicaba su transporte desde zonas costeras.
La Casa del Anfiteatro contaba con acceso directo a unas termas de gran tamaño, muy superiores a las necesarias para una familia, incluyendo letrinas con capacidad para unas 15 personas, lo que refuerza la hipótesis de un uso público o semipúblico del espacio.
Además, la decoración de la casa —con mosaicos de escenas de pesca y vendimia— sugiere que se trataba de un lugar pensado para el placer, el ocio y la convivencia. La casa cuenta con tantas estancias, que, según los investigadores, parece demasiado grande para que hubiera acogido a una sola familia.
"Pensamos que lo más probable es que se pusiera al servicio de viajeros o de personas que acudían a Mérida para participar en los distintos espectáculos”, añade Macarena Bustamante-Álvarez, investigadora del departamento de Prehistoria y Arqueología de la UGR y codirectora de la excavación.
Turismo romano con vistas al espectáculo
Situada junto al anfiteatro y en las inmediaciones de varios teatros y edificios públicos, esta lujosa estancia habría sido el alojamiento ideal para quienes llegaban a la ciudad para disfrutar de combates, representaciones teatrales y otros eventos lúdicos.
El modelo recuerda al de otras casas romanas de Pompeya, que se sabe por inscripciones epigráficas que funcionaban como hospedajes para viajeros, especialmente durante épocas festivas o de espectáculos públicos.
Más de dos mil años después, la Mérida actual puede presumir de haber ofrecido ya entonces experiencias vacacionales que combinaban lujo, bienestar y gastronomía, muy lejos de lo que se suele imaginar de la vida cotidiana en la Antigüedad.