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Juan Carlos Ortega: "Sardá me confesó que se había sentido mala persona cuando era jefe"

Juan Carlos Ortega: "Sardá me confesó que se había sentido mala persona cuando era jefe"

El locutor habla para El HuffPost sobre su nuevo podcast 'Mono Desnudo' donde ofrece conversaciones sinceras, naturales y profundas con famosos y anónimos.

Juan Carlos Ortega

Juan Carlos Ortega es un enamorado de la radio y ha dejado su huella en el medio con programas como Las Noches de Ortega y Transmite la SER. Su estilo único le ha hecho ser querido por muchos y, en ocasiones, odiado por algunos. Andar descalzo por el humor y la reflexión de una manera tan natural para algunos resulta insultante y difícilmente reprochable. 

Si bien la radio es el lugar donde Ortega disfruta en mayor medida de la magia del directo, el locutor confiesa que ha encontrado en los podcast un lugar donde 'intimar' más si cabe con los entrevistados. Ha dado con un cuartito tranquilo y sin la presión del tiempo donde por un momento deja de ser entrevistador para ser un humano más. Bueno, en este caso un primate. Un mono desnudo frente a otro que se revelará como tal a lo largo del capítulo.

Así es como se llama su nuevo podcast, Mono Desnudo, y lo define como un espacio donde quiere intentar sacar el lado más humano y vulnerable de sus invitados, mostrando que, pese a las apariencias, la edad o las aspiraciones y profesiones todos somos "monos desnudos" bajo la superficie. Con entrevistas a figuras famosas y anónimas Ortega promete ofrecer conversaciones sinceras y profundas que revelen la verdadera esencia de sus invitados.

¿Cómo es un mono desnudo? ¿Por qué has llamado así al podcast?

El título está basado en un libro que me gustó mucho cuando era joven, El Mono Desnudo de Desmond Morris. Es un libro de divulgación científica que dice que, a pesar de nuestra evolución, seguimos siendo lo que éramos en el pasado. La idea es que, aunque hemos evolucionado mucho, en el fondo seguimos siendo los mismos animales. Me pareció un título perfecto para un programa de entrevistas donde los invitados se muestran tal como son, sin máscaras ni artificios. Quiero que ellos y ellas se sientan cómodos y puedan hablar de sus experiencias y sentimientos de una manera honesta y abierta.

En la generación del postureo y las apariencias de las redes sociales es aún más necesario ver a personas abriéndose en canal, con sus defectos y sus virtudes ¿no?

Total, por eso creo que el objetivo es mostrar a las personas como realmente son, sin máscaras. Es difícil, pero cuando lo logramos, es muy gratificante. No todos los invitados se abren de la misma manera, y no siempre conseguiremos que se abran eh, pero la idea es que se sientan como si estuvieran hablando con un amigo, no con un entrevistador. Queremos que se sientan libres de expresar sus pensamientos y emociones sin miedo a ser juzgados. Además, vendrán invitados de todo tipo, de edades y profesiones muy diferentes...

¿Qué tipo de invitados tienes en mente para el programa?

Queremos una mezcla de todo. Desde superestrellas hasta personas anónimas con historias interesantes. He entrevistado a Sardá y ha sido increíble, pero, por ejemplo, tenemos a un pintor que es profesor de estética o a Óscar Nebreda, fundador de la revista El Jueves o El Papus, que nos hablará sobre cómo ha cambiado el humor durante su vida. Hay un poco de todo y esa es la gracia.

Juan Carlos Ortega

Cada vez parece que llama más la atención escuchar a personas anónimas y ‘de la calle’ en los medios. Sus historias captan la atención de la audiencia casi igual que los famosos más conocidos...

Nos estamos dando cuenta de algo que muchos intuíamos ya. Cuando la gente llamaba a Hablar por hablar aquí en la Cadena SER era gente anónima y congregaba a un montón de oyentes... Lo de que a la gente solo le interesan los famosos y las grandes superestrellas poco a poco va a quedar desfasado.

¿Cuál crees que es la clave para que los invitados se muestren tal y como son?

Creo que el truco o la forma de hacerlo es que se sientan relajados, tranquilos y te vean también a ti vulnerable. Por ejemplo, en la entrevista a Rufián yo le comento antes de nada que estoy nervioso y a Sardá antes de arrancar le cuento que estoy triste. No se trata de un interrogatorio, sino de una conversación. Si el entrevistador se muestra vulnerable y sincero, el invitado tiende a hacer lo mismo. O sea, no es ni una estrategia, es simplemente que si tú estás dispuesto a hablar animas a que el otro hable también. Que te vean como un igual y hablar de tú a tú.

¿Cuál ha sido tu conversación favorita en el arranque del podcast?

Por una cuestión sentimental me gustó mucho la entrevista con Sardá. Trabajé con él mucho tiempo y se abrió de una manera increíble, hablando de cómo se llegó a considerar una mala persona cuando era jefe. Fue una conversación muy honesta y me sorprendió mucho que se abriese tanto. Pero es que de todas te llevas algo... Rufián dijo que no se sentía realmente inteligente o que durante una época de su vida había sido un poco idiota y tal.

¿Crees que el formato del podcast facilita que los invitados se abran más?

Sí, definitivamente. El hecho de que no sea en directo y que no haya un tiempo fijo para la entrevista ayuda mucho. Los invitados se sienten más relajados y la sensación de intimidad es mayor. Además, el formato del podcast permite una conversación más profunda. Al ser un formato que no se termina de conocer todavía se ve como algo más lejano y los invitados quizás pueden pensar que quién va a escuchar eso... Facilita que se abran y que compartan más de sí mismos.

Mono Desnudo, el podcast

Me sorprendió leer hace poco que pensabas que “los podcasts habían visibilizado la radio” teniendo en cuenta que al principio se les consideraba el enemigo.

Al principio se percibió así y no lo entiendo porque hay muchísima gente joven que ha venido a la radio a través del podcast. Gente que nunca había sintonizado la radio y que a través de este formato ha pensado “oye, esto del sonido está bien”. Acostumbrados a la imagen, al vídeo... De repente descubren que una cosa solo hablada es bonita y atractiva. Así que no, claro que no es un enemigo, al contrario, el podcast es el aliado de la radio.

Siempre tenemos un medio favorito... Después de probar ambos, ¿con cuál te quedarías?

Elegiría esta mezcla que hago en la radio con Las noches de Ortega, por ejemplo, que es un programa que se emite en directo, pero que luego se convierte en un podcast. Es decir, una combinación de ambas. La sensación del directo que es única y la oportunidad de mantenerlo en formato podcast.

Después de trabajar tanto con el humor y en la línea de lo que comentábamos antes... ¿Crees que el humor ayuda a alcanzar la intimidad de una manera más rápida o cómoda?

Sí, el humor hace que el entrevistado se vuelva un poco loco. El humor tiene ese punto de locura que hace que te atrevas a decir cosas por sentirte en un contexto único y muy libre que hace que te lances mucho más que en una entrevista aparentemente sesuda y seria.

¿Tienes algún invitado en mente que te gustaría mucho entrevistar?

Puestos a pedir me encantaría entrevistar a la reina, por ejemplo. Me encantaría. Pero también tengo muchas ganas de entrevistar a un amigo que es músico y hace cosas de humor muy graciosas o a algún técnico de sonido o cámara de televisión para que nos cuenten sobre su trabajo y todo lo que hay detrás de todo esto.