Una empresa alemana fabrica la cruz de cristal que coronará el templo de Antonio Gaudí, convirtiéndola en el más alto del mundo y desbancando a la catedral de Ulm.
Tiene más de 700 años y fue redescubierta en 2001, cuando se realizó una expedición a un lago. Lo curioso de este hallazgo es que, a pesar de estar cubierta por agua, aún mantiene su arquitectura.