Burgos despliega un amplio dispositivo de seguridad en la capital burgalesa para erradicar y reforzar la política de "tolerancia cero" hacia este tipo de prácticas.
Deformaciones, hernias, heridas infectadas, picanas eléctricas y presencia de ratas, gusanos e insectos en los comederos componen la lista de motivos por los que el Observatorio de Bienestar Animal ha acudido a los juzgados.
Se le han impuesto cinco sanciones que ascienden a 200.000 euros, aunque el cómputo global quedará reducido a 120.000 por reconocer la responsabilidad y hacer el pago voluntario.