Un grupo de encapuchados le golpearon un día antes de que declarase en la investigación sobre una paliza a otro interno, amenazándola con que estuviera "calladita".
Dos presos, que secuestraron a varios guardias durante horas, acabaron cambiando su petición de un helicóptero por una veintena de cajas del plato italiano.
Le acusa de cooperador necesario de un delito de apropiación indebida y otro continuado de falsedad documental en concurso medial con un delito contra la Hacienda Pública.
Se iba a proceder al cierre cuando la fallecida sacó medio cuerpo para darle un mechero a la reclusa de la celda contigua. El mecanismo falló y no la detectó.
El Ministerio Público ha realizado esta solicitud este martes alegando riesgo de fuga de estos condenados tras conocer la sentencia firme del alto tribunal.