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Riesgos de endeudarse en una moneda distinta al euro
Quien se haya endeudado en otra moneda distinta a aquella en la que obtiene los ingresos se ha equivocado (salvo que busque asumir riesgos) y, por lo tanto, debe poner fin a ese error. Si lo puede hacer con beneficios, mejor. Si debe soportar pérdidas, que eso no sea un condicionante para poner fin a su posición corta en francos suizos o en yenes japoneses.




El BCE toma el relevo a la Reserva Federal
Evidentemente la UME no saldrá del estancamiento sólo con las medidas de política monetaria no convencional. Hacen falta reformas estructurales, y allí donde se pueda, aplicar programas de estímulo. Nuestro banco central ha hecho su parte del trabajo. Con retraso, sí, pero se ha impuesto a la opción más reacia. De nuevo, valiente e inteligente Draghi.


¿Caerá Podemos en la trampa de la sociedad del espectáculo?
Los impulsores de Podemos saben que no solo con querer se puede, sino que se deben considerar todas las influencias que nos han llevado a este punto y, a partir de ahí, reflexionar sobre qué soluciones dependen de nuestro esfuerzo y cuáles hay que reclamar a instancias institucionales superiores.

Al borde de un cambio histórico
El pueblo griego está llamado a hacer historia con su voto, condenando las fallidas medidas de austeridad y demostrando que cuando la gente quiere, cuando se atreve y cuando supera el miedo, las cosas pueden cambiar. SYRIZA no es un ogro ni una gran amenaza para Europa, sino la voz de la razón. Es el despertador que levantará a Europa de su letargo y su sonambulismo.






Tipos de interés... ¡negativos! Y más
La intensidad y la complejidad de la crisis están generando no sólo la transformación de algunas de las principales herramientas de política económica, sino también la existencia de anomalías financieras. Entre ellas, que los tipos de interés sean negativos. ¿Es posible? ¿Qué significa? Como hoy ha demostrado el BCE, sí, los tipos de interés pueden situarse por debajo del 0,0%.


Necesitamos una primavera europea
En el panorama europeo solo se vislumbran dos luces. Una apagada y envejecida, representada por unos europeístas que han perdido fuelle; entre otras razones porque el funcionamiento de la UE les ha empujado hacia una tecnocracia de salón. La otra luz, autodestructiva, que brilla con más fuerza, produce ilusión cada vez en más ciudadanos -sobre todo jóvenes- y temo que sí que está penetrando en el campo emocional.