En esta versión de La villana de Getafe, la puesta en escena y la dirección de Ricardo Cerdá explota los paralelismos entre la situación social de la España del Siglo de Oro y la actual a partir de una lectura de la lucha de clases en la España contemporánea. Se trata de una escena muy versátil y muy bien trabajada. Los actores están todos muy correctos, y, salvo alguna excepción (no necesariamente entre los jóvenes), siguen el verso con soltura.