Si en la Amazonía se utiliza como parte de rituales sagrados, en Occidente se le han dado otros fines: de desintoxicación, búsqueda personal y mucho, mucho negocio.
Ethan pasó sus primeros 18 años sin protección alguna, pero en diciembre se plantó y ahora es un icono que acude hasta al Congreso de EEUU a explicar su caso.