Un breve tratado sobre la ironía que para nada busca evidenciar que el Ejecutivo ha progresado hasta entender que no podrá progresar más si no toma medidas en el problema de la vivienda.
No hay nada de antisemitismo en calificar como genocida la destrucción total o parcial de una comunidad étnica y cultural distintiva: es el caso del pueblo palestino.
Urge una combinación virtuosa y sostenida de visión perseverante e iluminada con luz larga, mostrando coherencia política entre lo que se predica y se practica.
"No creo recordar una protesta tan expandida y atronadora contra la Comisión Europea como la desencadenada en este caluroso verano, surcado por una suma de deplorables decepciones a la promesa con que Von der Leyen obtuvo su primera investidura, allá por 2019".
"La infancia no necesita ser 'protegida' de los gays ni de la educación sexual, sino del odio y de la transmisión de ese odio en el sistema educativo. La orientación sexual no es contagiosa, el odio sí lo es".
Ante el ascenso del populismo iliberal hay dos caminos: la previa exclusión de quienes proponen opciones no constitucionales, que podría ser impuesta por las instituciones de la democracia militante, o la de condescendencia con los extremismos, confiando en que un embaucador no engañará a la ciudadanía.
Brilla, en este minuto de reconocimiento a las hechuras del finado, su legado heterodoxo, con pronunciamientos claros por los más oprimidos, los más pobres, los más perseguidos, las víctimas siempre inocentes.
"El asunto es complejo y no puede basarse en la condena axiomática, irrespetuosa, del emigrante por motivos sociales. Vivir en la indigencia es igualmente grave que padecer una guerra".
"No conoce ni ha oído hablar de la economía clásica, de Adam Smith o de Stuart Mill. Es un iliberal, al estilo de Putin o del húngaro Victor Orban; un ultra a la manera de la ultraderecha europea".
En la familia europea de la socialdemocracia impera, así debe ser, la regla moral y política de la fraternidad y la solidaridad con nuestros Partidos hermanos, cualquiera que sea la magnitud de los retos que confronten.
No cabe ninguna concesión a la tentación de retorno al casillero nacional (como propugna la ultraderecha, hipócritamente emboscada en su Make Europe Great Again), ni, aún menos, al nacionalismo reaccionario.