Cada vez hay más delitos de odio motivados por la orientación sexual, pese a que algunos intenten minimizarlo tras la falsa agresión al joven de Malasaña.
"Estaba algo preparada. Siempre estoy esperando a que pase algo", dice Faris, una pequeña de Washington que ya ha visto demasiado de lo que no debería en esta vida.
Una “turba” que se volvió jauría, seis detenciones que han llevado a tres jóvenes a prisión y a dos menores a un centro de internamiento, una vida que no volverá.
Un veinteañero se acercó a unos chicos que se besaban y empezó a darles manotazos, bofetadas y, al final, puñetazos que mandaron a uno de ellos al hospital.