Por favor, habilita JavaScript para ver los comentarios de Disqus.
La ciudad es un anuncio gigante

La ciudad es un anuncio gigante

"Estos eventos no aseguran crecimiento económico y que en caso de generar beneficios suelen ser “modestos, temporales y desigualmente distribuidos”.

Un enorme casco de la NFL, en el centro de Madrid
Un enorme casco de la NFL, en el centro de MadridEuropa Press via Getty Images

Hace tiempo las calles sonaban, olían y hablaban de quienes las habitaban y hoy parecen repetir únicamente el nombre de quien las patrocina. El “hombre anuncio” ha dado paso a la “ciudad anuncio”, donde la publicidad coloniza cada centímetro: estaciones de metro rebautizadas por marcas telefónicas, estadios con nombres de bancos o teatros bajo el sello de eléctricas…

La fase más radical de este fenómeno de sponsorización integral se alcanza con los grandes eventos internacionales. Su llegada convierte ciudades enteras -y sus infraestructuras- en escaparates gigantes al servicio de una identidad corporativa.

Pese a que los promotores privados, y los responsables políticos que les abren las puertas y las cuentas públicas, insisten en los innumerables beneficios socioeconómicos que aportan, buena parte de la evidencia científica no les respalda e incluso les contradice. El estudio más reciente y robusto hasta la fecha (“Old questions, new methods: Revisiting the economic effects of hosting mega-sport events” de David Boto-García y María Santana-Gallego) demuestra que estos eventos no aseguran crecimiento económico y que en caso de generar beneficios suelen ser “modestos, temporales y desigualmente distribuidos”. Y aún así hay quien nos obliga a tropezar, una y otra vez, con la misma piedra.

En Madrid, Ayuso y Almeida parecen adictos a ese tropiezo. Primero intentando resucitar el sueño olímpico, también llamado sueño húmedo de comisionistas. Después trayendo la Fórmula 1 para imitar el rotundo éxito que cosechó en Valencia. No olvidemos el saldo: una foto de Camps y Barberá sonriendo en un bólido y un pufo de 300 millones que los valencianos y valencianas estuvieron pagando durante quince años.

Y ahora con la NFL. La liga de fútbol americano llega a Madrid por el módico precio de 3.3 millones de euros y, además, con entradas que oscilan entre los 85 y 395 euros. Todo para ver a dos equipos bastante normalitos, de media tabla, jugar un partido intrascendente para la competición y que nadie había reclamado para Madrid. Los Miami Dolphins, que ejercerán de titulares -quizá por la íntima conexión del clan Ayuso con Miami-, se enfrentarán a los Washington Commanders y no está muy claro quiénes llenarán las gradas.

Según la Comunidad de Madrid y sus satélites mediáticos y económicos, la mitad del estadio se llenará de turistas internacionales de alto poder adquisitivo que se dejarán los cuartos y dejarán un rastro de riqueza a su paso por Madrid. Por el contrario, la propia NFL trabaja para que el 90% de las gradas las ocupen nacionales, puesto que su objetivo es penetrar en el público español. Una vez más, informes y previsiones contradictorios, sin sustento real y que sólo sirven para justificar someter a una ciudad entera al negocio de unos pocos. Pero, ¿quién quiere una vivienda a un precio asequible, que el metro no esté abarrotado en hora punta o cita en su centro de salud cuando tiene fútbol americano en el Bernabéu?

Independientemente del resultado del partido del sábado, hay una cosa innegable: Ayuso y Almeida piensan que está bien que Madrid solo pueda permitírsela quienes tienen la cartera llena. Por eso se arrodillan ante cualquier fondo buitre y hacen de perrito faldero de cualquier millonario. En su idea de ciudad no sobran los vecinos y vecinas porque alguien tendrá que hacer de figurante pero, desde luego, los protagonistas de su Madrid son los habituales de los palcos VIPs y quienes arrasan nuestros barrios comprando casas al contado sin tan siquiera verlas. Ante esa concepción, que supone una amenaza para el bienestar y que lastra la calidad de vida de la mayoría, hay que ser capaces de imaginar, ofrecer y anticipar un Madrid que no cueste tanto.

MOSTRAR BIOGRAFíA

Diputado de Más Madrid en la Asamblea