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Cómo la industria busca salvarse (y salvarnos) convirtiendo residuos en recursos

Cómo la industria busca salvarse (y salvarnos) convirtiendo residuos en recursos

El hub All4Zero, impulsado por gigantes como Repsol, Iberia o ArcelorMittal, selecciona 10 nuevas tecnologías disruptivas para superar el "valle de la muerte" de la innovación: de convertir lodos en biocrudo a usar inteligencia artificial para aprovechar mejor tu basura.

Unos residuos listos para su valorización en una planta de reciclaje
Reciclaje de residuos en una planta industrial.Getty Images

En el mundo de la sostenibilidad, a menudo sobran las palabras y faltan hechos. El 'greenwashing' o, en palabras sencillas, el 'postureo verde', es un fantasma que recorre el sector. Pero cuando hablamos de industria pesada —la que fabrica el cemento de tu casa, el acero de tu coche o el combustible de tu avión—, las promesas vacías no sirven de nada frente a la física y la química. 

Bajo la premisa de "hechos, no palabras", el hub de innovación All4Zero presentó este miércoles en Madrid su nueva artillería tecnológica. Fundado por cuatro titanes industriales —ArcelorMittal, Holcim, Iberia y Repsol—, la misión de este hub es ambiciosa: acelerar la descarbonización industrial a través de un modelo que aúna startups, centros tecnológicos y grandes compañías que, de manera habitual, no compartirían ni laboratorios ni desafíos.

Este ecosistema suma ya 27 socios industriales y más de 50 científicos y tecnólogos trabajando juntos. En su corta vida, ha analizado más de 1.500 soluciones de 40 países, evaluado 360 tecnologías e identificado más de 80 retos clave para reducir emisiones. Y esta semana han dado el siguiente paso: la selección de 10 nuevas tecnologías —elegidas entre más de 160 propuestas— que saldrán del papel para validarse en entornos reales y plantas industriales.

No se trata de ciencia ficción, sino de supervivencia industrial. Como resumió Paula Sanz, directora del hub, All4Zero nace para ser "el punto de encuentro entre quienes tienen el reto y quienes pueden resolverlo". El objetivo es claro: cruzar el temido 'valle de la muerte', ese abismo donde mueren miles de innovaciones científicas porque no consiguen ser viables -ya sea por costes económicos o por problemas técnicos de escala- al salir de la probeta al mundo real.

"La transición energética no puede resolverse de manera individual. All4Zero nace para aunar conocimientos y escalar tecnologías en el mundo real, reduciendo costes y aumentando las probabilidades de éxito", expuso Sanz, también responsable de Innovación de Repsol, que recordó que los grandes retos en torno a la sostenibilidad —energía, agua, residuos, combustibles, materiales— se parecen mucho entre industrias, y las soluciones pueden acelerarse si las compañías empiezan a compartir riesgos y conocimiento.

El reto del combustible sostenible para la aviación

El sector aéreo puso sobre la mesa uno de sus retos más urgentes. "La lucha contra el cambio climático no la puede hacer en solitario una empresa ni un sector entero", subrayó Javier Arnaldo, director nacional de Sostenibilidad de Airbus, una idea que también refrendó Marta Solís, responsable de Innovación Abierta de Iberia.

Aquí es donde la innovación choca con la realidad económica. La aerolínea española aprovechó el foro para recordar que, aunque el Combustible Sostenible de Aviación (SAF) es el futuro, el presente es complejo. Actualmente, apenas hay un 2% de SAF disponible para la aviación global y su precio no es competitivo.

Una imagen de la charla de All4Zero sobre la descarbonización de la industria
  Charla del hub All4Zero sobre la descarbonización de la industriaAll4Zero

Sin embargo, el reto es también una oportunidad de país. El objetivo es que el 10% de la flota de Iberia vuele con este combustible en 2030. Para lograrlo, España podría necesitar entre 30 y 40 plantas de producción de SAF, lo que generaría hasta 30.000 empleos. Pero para llegar ahí, hace falta tecnología escalable y colaborativa como la que se está gestando en este hub como recordó Paula Sanz, directora de All4Zero y responsable de innovación en Repsol.

La basura no es basura, es el nuevo petróleo

Uno de los mensajes más potentes que sobrevoló la jornada fue el cambio de paradigma: el residuo ya no es un problema, es un recurso.

Entre las tecnologías seleccionadas destaca el trabajo de CIRCE, un centro tecnológico de Zaragoza. Su propuesta suena casi cyberpunk: utilizar cámaras hiperespectrales e inteligencia artificial para "mirar" la basura que entra en los hornos industriales. ¿El objetivo? Caracterizar en tiempo real los residuos para optimizar su combustión. 

Como apuntó Pedro Luis Compais, del Centro Tecnológico Circe, durante la charla, la idea es revolucionar la forma en que quemamos residuos para generar energía, haciendo que el proceso sea más estable y eficiente. "Tenemos que mancharnos las manos", resumió.  Básicamente, la IA aprende a convertir tu basura en un combustible mejor. "Trabajar juntos es la única forma de aprender unos de otros", apuntó también el investigador sobre la importancia de la colaboración en el hub.

No fue la única intervención donde los residuos dejaron de ser residuos: Eduardo Fernández, director de Innovación de Urbaser, insistió en que "la basura no es basura, es un recurso", y que la economía circular solo será posible si la ciudadanía lo interioriza. La lógica es aplastante: si queremos economía circular, tenemos que mentalizarnos de que lo que dejamos en el contenedor puede llegar a convertirse en una materia prima de valor. "Los residuos pueden ser la puerta de entrada a nuevos procesos productivos", subrayó Fernández.

En esa línea, Javier Alández, director de Economía Circular de Holcim, recordó un dato que da vértigo: el hormigón es el segundo material más utilizado de la Tierra, solo por detrás del agua. Si ese material —eternamente reciclable— puede llegar a usarse para capturar CO₂ y formar parte de un “supermaterial”, el impacto sería gigantesco.

Las 10 nuevas apuestas tecnológicas de All4Zero: de tuberías inteligentes a carbón 'limpio'

Para esta segunda convocatoria, los socios han puesto el foco en cuatro retos críticos: la gestión del CO₂, el agua, el poliuretano y los lodos. Estas son las soluciones elegidas que intentarán cambiar las reglas del juego:

  • El desafío del CO₂: no basta con capturarlo, hay que transportarlo sin fugas. Tecnalia (Madrid) y Aimplas (Valencia) proponen sistemas avanzados de selección de materiales y recubrimientos con sensores para evitar la corrosión en las tuberías de transporte. Por su parte, Aitex (Alicante) busca dar una segunda vida al CO₂ mediante la creación de cintas de poliuretano reciclado.
  • Agua circular: la industria tiene sed (como pasa con los centros de datos), y la solución pasa por beber su propia agua. La británica Arvia propone una tecnología de oxidación electroquímica para tratar aguas residuales complejas in-situ, mientras que Tecnalia propone la Desionización Capacitiva (CDI) para purificar agua eliminando iones disueltos.
  • El problema del poliuretano: colchones, asientos y espumas son difíciles de reciclar. Además de la propuesta de CIRCE (reciclaje termoquímico), el centro ITENE (Valencia) plantea un proceso químico para eliminar impurezas y despolimerizar el plástico, devolviéndolo a la vida como producto de valor añadido.
  • Valorizar lo "feo" (lodos): Los lodos de depuradora son un dolor de cabeza ambiental. La alemana Terranova Energy propone acelerar la naturaleza creando "hidrocarbón", un sustituto renovable del carbón fósil a partir de lodos. La canadiense IQ Energy ofrece una tecnología térmica modular para procesarlos eliminando microplásticos, y el centro navarro Cener apuesta por transformarlos directamente en biocrudo para hornos industriales.

La descarbonización como oportunidad de país

Varias de las tecnologías impulsadas en la primera convocatoria ya están siendo testadas en entornos reales: desde la transformación de CO₂ en productos de valor añadido, al uso de IA para mejorar la valorización de residuos, la regeneración de agua en instalaciones de Iberia o la electrólisis más eficiente desarrollada junto a Power to Hydrogen.

La colaboración entre empresas y startups, coincidieron varios ponentes, no siempre es sencilla. "Hay mucho postureo en la innovación, mucha foto. Lo difícil es que exista un compromiso real como existe aquí", resumió Juan Manuel López-Gallego, de Power to Hydrogen. Por eso, las compañías destacan especialmente que en All4Zero, a diferencia de otros programas, han encontrado "un entorno donde realmente se prueba".

Por eso, allá de la tecnología, el mensaje que atravesó toda la jornada fue de oportunidad. Oportunidad para industrializar soluciones climáticas, para generar empleo y para acelerar la transición ecológica. "La lucha contra el cambio climático es una maratón",  recordó Javier Arnaldo, director nacional de Sostenibilidad de Airbus. Y, como en toda carrera de fondo vital, la diferencia no está solo en quién corre más rápido, sino en quién es capaz de llegar a la meta acompañado.

Mismas reglas de juego para todos

A pesar del optimismo tecnológico, hubo un recordatorio importante hacia la administración pública. All4Zero es una iniciativa de financiación 100% privada. Paula Sanz recalcó que, aunque colaboran con universidades y centros tecnológicos, de momento no hay inyección pública.

En este sentido, la petición del sector es clara: necesitan "las mismas reglas del juego" en un mercado global para no hacerse "trampas al solitario". La transición energética es cara, el riesgo tecnológico es alto y, sin un marco de apoyo claro, el "valle de la muerte" puede acabar tragándose las mejores ideas.