Cuál es el verdadero olor de la lluvia: ojo porque tiene un nombre que pocos conocen

Cuál es el verdadero olor de la lluvia: ojo porque tiene un nombre que pocos conocen

Un aroma que te hace viajar por el mundo.

Varias personas caminan bajo la lluvia por la plaza de María Pita, en A Coruña.EFE

Rara es la persona a la que no gusta el olor de la lluvia. Un aroma que hace viajar a muchas personas, pero no solo a otros lugares, sino también a otros momentos de la infancia.

Según un estudio que hicieron hace varios años científicos del MIT (Massachusetts Institute of Technology), tras usar cámaras de alta velocidad, demostraron que ese "olor a lluvia" se mete en el aire.

"Es un fenómeno muy común, y era interesante para nosotros porque nadie había observado este mecanismo antes", explicó Cullen R. Buie, uno de los investigadores.

Se trata de algo único y muy fácil de detectar, pero pocos saben cuál es el nombre verdadero que recibe este tipo de olor.

Su nombre científico

El olor de la lluvia, a tierra mojada, es algo que hace disfrutar a muchos porque siempre está con nosotros, desde que somos pequeños.

Fueron nuestros antepasados los que crearon una relación fuerte y positiva con dicho aroma para tratar de evitar las fuertes lluvias y, desde entonces, han activado una conexión cerebral casi instantánea con las emociones de los demás.

Pero cuenta con un nombre científico que algunos desconocen. Se trata del término petricor. Ya desde el año 1960, se creía que el olor provenía de aceites y productos químicos que se liberan cuando las gotas de lluvia golpean el suelo. 

La razón del aroma

Ha sido razón de inspiración para muchos artistas, pero el olor a lluvia se produce por una mezcla de varios aromas que acaban fusionándose.

En concreto, ese aroma se produce por la mezcla entre los olores del ozono, la geosima y el petricor. Y no solo se produce antes de que la lluvia llegue al suelo, ya que, algunos expertos, aseguran que el ozono puede ser transportado por el viento y dar un perfume que sirve para detectar la llegada de precipitaciones.

Nuestro olfato recibe estos tres olores, pero, sin duda, es la geosmina la que más fácil detectamos, que es el olor a tierra que cubrir el frescor generado por el ozono.