24 horas en Torre Pacheco: "¿Qué hacemos? ¿Nos quedamos en nuestras casas aunque intenten entrar en ellas?"

Mientras este martes, los ultras acorralaban y perseguían a una reportera de RTVE sin presencia policial alrededor, a ochocientos metros - en el barrio de San Antonio - los vecinos marroquíes de Torre Pacheco debatían sobre la mejor manera de responder al hostigamiento de la extrema derecha. 

Aunque la convocatoria ultra de ayer fue un fracaso, la vida en este barrio a corto plazo ha cambiado. Hay quien cree entre los vecinos marroquíes que lo mejor es quedarse en casa si vuelven a atacar los ultras. Otros, en cambio, piensan que esto no es posible. "¿Nos quedamos en nuestras casas aunque intenten entrar en ellas?", señalaban algunos vecinos marroquíes a El HuffPost.

Según sus relatos, los nazis que asaltaron un establecimiento de kebab el pasado domingo o que apalizaron a un menor de edad en la calle, han intentado en varias ocasiones acceder a sus viviendas. Lo hacen en ejercicio de lo que la extrema derecha denomina 'acciones relámpago'. Es decir, tres o cuatro de ellos llegan en un vehículo, agreden al primer migrante que vean o destrozan el primer local que consideren, y vuelven a subirse al coche para huir lo antes posible del lugar. 

Esta noche, El HuffPost pudo pasar gran parte de la madrugada con muchos jóvenes que se organizan en el barrio de San Antonio por si vuelven a entrar los ultras. La mayoría iban encapuchados porque dicen que no quieren ser luego señalados o perseguidos.

Según ellos, ninguno ha buscado esta situación. Sólo quieren defenderse, no buscan provocar. A estos pachequeros, sin embargo, les preocupa que el discurso de odio de la ultraderecha cale entre sus vecinos, con quienes se han criado, han estudiado o han jugado. Sin problema, en convivencia. Hasta ahora. 

Estos vecinos contaban, por ejemplo, cómo los que apalearon a un chaval que estaba metido en su coche son en realidad los clientes de su propio taller. O también que gran parte de la población de Torre Pacheco ha comido en el kebab asaltado y muy pocos han acudido a defenderlo.

Gracias en parte al despliegue policial, este martes no se repitieron los altercados de los anteriores días. Lo que sí se repitió esta madrugada fue el trasiego de los centenares de marroquíes que se levantan antes del amanecer para subirse a unos autobuses que los llevarán para trabajar en el campo. Hoy, y mañana, seguirán trabajando y seguirán pagando los mismos impuestos que pagamos los demás.