Detrás del descanso, el infierno machista del verano: "El entorno puede salvar la vida de una mujer"
Todos los años, la calurosa estación se cobra el mayor número de víctimas por violencia de género en relación al resto de año. Este 2025 por el momento ya está superando a 2024 con un total de 9 feminicidios en el mes de junio
El ecuador del verano, un momento de desconexión y vacaciones para muchos, otros de regreso a la realidad, pero para muchas supone la temporada del año en la que su vida está más en riesgo. Desde 2003, año en el que empezó el registro, la temporada de estío acumula las mayores cantidades de víctimas de violencia de género de todos los cursos, dejando así los meses de junio, julio y agosto como los tres picos más elevados de peligro para las mujeres maltratadas. Fuera de las "familias felices", las largas comidas con sobremesas en entornos apacibles y un tiempo que invita al descanso, el verano también plantea un escenario delicado para las mujeres que viven situaciones de maltrato. Según el Ministerio de Igualdad, esta temporada acumula el 30% de los feminicidios anuales, una cifra que eleva exponencialmente el resto de registros.
En lo que llevamos de verano, junio se ha cobrado 9 víctimas de violencia machista y otra más en el mes de julio, lo que supone casi el 50% de los feminicidios de 2025 —22 en total—. Además, el primer periodo estival superó los datos de 2024 y se ha colocado en uno de los peores meses desde que hay datos, tan sólo por detrás de 2021, 2012 y 2007 que tuvieron cada uno 10 víctimas. "Hacemos de nuevo un llamamiento a los entornos, a las familias, a los entornos laborales, a los amigos, porque estas son de las fechas más peligrosas, donde sabemos que existe un repunte de la violencia de género", aseguraba la ministra de Igualdad, Ana Redondo, ante un nuevo repunte de violencia que vuelve a resaltar la peligrosidad del verano para las mujeres que sufren maltrato.
Bárbara Zorrilla es psicóloga experta en violencia de género, además de forense, víctimóloga y fundadora de Psicoterapia Integral Mujer. Habla con El HuffPost en un nuevo verano que está señalando estos casos como una de las prioridades fundamentales no sólo de las instituciones públicas, sino también para los entornos sociales que deben de estar atentos a cualquier tipo de señal de maltrato. "Son muchos los factores que pueden explicar este incremento precisamente en esta época del año. Para muchas de las familias o parejas, la rutina de todo el año se rompe y las mujeres pierden lugares de apoyo y de soporte. Cuando las mujeres dejan de tener espacios de seguridad como el colegio de sus hijos o su trabajo, se intensifica el control y la convivencia se vuelve más peligrosa", explica a este periódico.
Según fuentes del Ministerio de Igualdad, el entorno de todas las mujeres maltratadas es uno de los puntos determinantes que pueden salvar su vida. "Es imprescindible que los entornos, ya sean los entornos laborales, los entornos de amigos, los entornos de la familia, que conozcan, que tengan indicios de que se puede estar produciendo una violencia sobre las mujeres, que alcen la voz, que llamen al 016, que nos pongan alerta para salvar vidas", aseguran. Zorrilla apunta a la misma dirección y destaca la responsabilidad que tiene toda la sociedad para terminar con esta lacra. "El verano sólo echa gasolina al fuego, el entorno de abuso y de violencia se lleva arrastrando desde mucho antes, por ello tenemos una responsabilidad para detectar y prevenir este tipo de situaciones", afirma la psicóloga poniendo como ejemplo que "si en mitad de una comida, el marido le grita 'cállate', seguro que en privado es mucho peor".
Los alicientes para que el verano sea el punto crítico del año en lo que se refiere a violencia de género no sólo es la ruptura con las rutinas y muchos de los espacios de seguridad, también lo es el propio concepto festivo. "Sin duda otro detonante es el alcohol o las sustancias que, generalmente, se consumen de forma más activa en verano. Es por ello que, en muchos casos, esa violencia que comentabas se ve incrementada. Si al tiempo y a la convivencia le sumas el beber... Bueno, creo que todos nos podemos hacer una idea de lo que puede pasar", analiza Zorrilla. Algo similar sucedió durante la pandemia, cuando la estrecha relación entre parejas incrementó de forma sustancial los la violencia que sufrieron las mujeres.
El miedo a la denuncia sigue siendo una realidad persistente en la mayoría de mujeres que sufren la violencia de género. No sólo por las pocas garantías de que su voz pueda ser escuchada, ni por las pocas veces que llegan a puerto, sino por las represalias que se pueden encontrar una vez giren la llave de casa y entren en el que desde hace mucho tiempo dejó de ser su hogar y pasó a convertirse en un infierno al que sobrevivir todos los días. "Muchas veces la denuncia no garantiza la protección. Hay mujeres que denuncian y luego vuelven a casa donde la situación es peor que cuando se fueron, y meses después tienen que demostrar tipos de violencia que, si no hay parte de lesiones, es muy complicado", relata Zorrilla que atiende a mujeres que se enfrentan a esas situaciones de forma recurrente.
"En la sociedad sigue existiendo miedo a la denuncia, sigue habiendo un sentimiento de culpa y de vergüenza para muchas porque nunca se ha dado la prioridad e importancia que se merecen las víctimas", prosigue retratando un problema estructural que se cobra la vida de decenas de personas todos los años y que desde 2003 que hay registros se ha alcanzado las 1316 mujeres. La responsabilidad, asegura la psicóloga, cae sobre los hombros de toda una sociedad que debe de hacer lo posible para erradicar esta lacra y que debe de estar atenta a cualquier indicio que se pueda encontrar. "En estos momentos y, sobre todo en verano, el entorno de una mujer puede ser el único que pueda salvarle la vida", recalca.
Por otro lado, esta estación se suma a las dificultades que tienen muchos de los servicios imprescindibles para la prevención, el cuidado y la seguridad que requieren las mujeres en situaciones de malos tratos. Por ello, además, el entorno juega un papel crucial para sus vidas. "Necesitan mucha más atención. Hay muchas veces que la psicóloga solo se puede ver a la paciente una vez al mes. En Madrid, por ejemplo, se están cerrando espacios de igualdad en verano. Las trabajadoras de la red de violencia de género han montado una plataforma porque dicen que la red ya no protege y este es sólo uno de los ejemplos”, dice Zorilla para ejemplificar la desolación a la que se pueden enfrentar las mujeres maltratadas en el proceso de poner tierra de por medio con su agresor.
"Si le estás dando la posibilidad a la mujer de poder extenderle esta mano, será un espacio mucho más seguro que lo que se puede encontrar durante todo el proceso. La mujer necesita asesoramiento psicológico gratuito, ayudas sociales y acompañamiento jurídico para saber si esa denuncia tiene posibilidades de prosperar, por ello no hay que dejarlas solas", concluye la psicóloga.
En lo que llevamos de verano y mientras se escribe esto, diez mujeres han sido asesinadas por violencia de género. El verano, de nuevo, se manifiesta como la etapa del año más sanguinaria y que más víctimas se cobra, un 30% del total anual. Como señalan desde el ministerio y las expertas, el entorno puede ser una cuerda a la que agarrarse para huir de esa situación o incluso salvar la vida.
Si eres víctima
El 016 atiende a todas las víctimas de violencia machista las 24 horas del día y en 52 idiomas diferentes, al igual que el correo 016-online@igualdad.gob.es; también se presta atención mediante WhatsApp a través del número 600000016, y los menores pueden dirigirse al teléfono de la Fundación ANAR 900 20 20 10. En una situación de emergencia, se puede llamar al 112 o a los teléfonos de la Policía Nacional (091) y de la Guardia Civil (062) y en caso de no poder llamar se puede recurrir a la aplicación ALERTCOPS, desde la que se envía una señal de alerta a la Policía con geolocalización.