El anciano que pidió 15.000€ de préstamo al dueño de la discoteca de Murcia y casi pierde una casa de 200.000€
Juan Inglés Rojo, dueño de Teatre, se dedicó a ser prestamista antes de hacer negocios en el mundo de la noche. Llegó a ingresar en prisión acusado de varios delitos
Las dos discotecas que ardieron este domingo en Murcia y donde fallecieron 13 personas no solo carecían de licencia y tenían orden de cierre desde hace más de un año, sino que el dueño de los locales, el empresario Juan Inglés Rojo, se dedicaba también a ser prestamista y estuvo en prisión provisional en 2013 acusado de estafa y apropiación.
Tal y como se puede comprobar en el Boletín del Registro Mercantil del 2 de noviembre de 2018, Juan Inglés Rojo es el administrador único y socio único de Teatre SL, la empresa que gestionaba la discoteca del mismo nombre, ubicada en la popular zona de Las Atalayas. En 2019, decidió dividir el local en dos para crear una nueva discoteca, la Fonda Milagros. Pero el ayuntamiento le denegó la licencia y pidió su cese de actividad en enero de 2022. Algo que no se cumplió.
Según informa este miércoles El País, la empresa se aprovechó de un auténtico caos administrativo marcado por la presentación de alegaciones y recursos, aprovechando los tiempos que brindan los silencios administrativos y que se sumó a la descoordinación entre departamentos. En este sentido, también habría pesado que la empresa de las discotecas hubiese iniciado la apertura de un expediente paralelo para legalizar dichos negocios, tras la división, complicando aún más el complejo recorrido burocrático.
Lo cierto es que pese a la orden de cese de actividad, los dos locales siguieron funcionando de manera normal, promocionando sus fiestas en redes sociales y acogiendo cada noche a decenas de clientes. Incluso, en marzo de este año, la discoteca Teatre pasó una inspección de Sanidad donde nadie se cercioró de que no tenía licencia para abrir.
Teatre y La Fonda no eran las únicas discotecas a nombre de Inglés Rojo que han sufrido un incendio o han operado sin licencia. Tal y como desveló el lunes El Confidencial, el empresario gestionaba la discoteca Flamingoville en San Pedro del Pinatar, que se incendió en 2019 y posteriormente siguió abierta a pesar de no contar con la licencia obligatoria.
Antes de trabajar en la noche, según diferentes medios, Inglés Rojo se dedicaba a ser prestamista como socio de la empresa Omarcux (antes denominada Créditos Murcia). A través de ella, concedía préstamos de rápido vencimiento con intereses muy altos. A muchos de lo clientes se les pedía poner como aval su propio domicilio.
Esto provocó que muchas personas estuvieran a punto de perder su casa por las deudas adquiridas. El País publicó en 2015 el testimonio de Francisco García, un anciano al que han intentado echar de su hogar hasta seis veces por el crédito de 15.000 euros que pidió a Omarcux para comprarse un audífono. Tras un intento de pagar una demora en metálico, Inglés Rojo y su socio le llegaron a pedir 100.000 euros en concepto de intereses por retraso. Luego fueron 200.000.
Inglés Rojo acabó acusado de delitos por escrituras falsas, estafa y apropiación por parte de un grupo de inversores que se quedaron sin el dinero que había aportado. Por ello, llegó a ingresar en prisión de manera provisional.