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El apagón, la mejor oportunidad para el engaño, la desinformación y las mentiras

El apagón, la mejor oportunidad para el engaño, la desinformación y las mentiras

Desde un apagón en otros países de Europa o unas declaraciones falsas de Ursula von der Leyen acusando a Rusia de un ciberataque, los agitadores ultras habituales, pero también algunos partidos políticos, aprovecharon la desconexión para dar rienda suelta a unos mensajes que buscan transmitir sensación de caos.

Una mujer sostiene una vela durante el apagón de este lunes.Stringer/Anadolu via Getty Images

El asesinato de un niño en Mocejón fue culpa de los menores migrantes, en el parking de Bonaire había mil muertos y, según la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, un ciberataque ruso fue el responsable de un apagón que asoló no ya solo a la Península Ibérica sino también a Países Bajos, Italia, Grecia, Alemania e incluso Finlandia. Si esto fuera un concurso, la pregunta sería: ¿Cuál de las opciones anteriores es correcta? Ya se lo digo yo: ninguna. El asesino del niño en Mocejón era español, vecino del pueblo; en el parking de Bonaire no había ni una sola persona fallecida; y ni Von der Leyen dijo nada de un ciberataque ni el apagón llegó más allá de unos pueblos del sur de Francia, además, claro, de España y Portugal. Todo es mentira. Y, sin embargo, a los propagadores de desinformación les importa bien poco. Todo lo que ahora se explique sobre las causas del apagón será, como ha dicho el líder de la ultraderecha Santiago Abascal, "mentira". Solo ellos conocen la verdad y es la que se han dedicado a fabricar sin descanso durante las primeras horas de la crisis. Es el mismo Abascal que hace un mes dijo aquello de que, “21 años después” de los atentados del 11M, todavía quiere "saber toda la verdad".

Si cualquier situación de crisis es el contexto perfecto para la proliferación de desinformación, un escenario de apagón energético y en las comunicaciones es, si cabe, más favorable para la reproducción de información sesgada o falsa. La desinformación se alimenta del shock, y no hay mayor conmoción que la de comprobarse aislado, como ocurrió este lunes. Esto, sumado a unos algoritmos que buscan alimentar el extremismo, genera un entorno estupendo para el engaño. Un engaño, por cierto, cuyo objetivo va más allá de la mentira; un engaño que busca desestabilizar, generar el “caos” que algunos vaticinaban con avaricia. Hasta el rey Felipe VI se lo explicó así a quienes protestaban en Valencia por la gestión de la DANA. "Hay mucha intoxicación informativa y muchas personas interesadas en esto. ¿Para qué? Para que haya caos", dijo.

Este lunes, pasadas las 12.33 horas, la inmensa mayoría de las personas solo supo que la luz se había ido, también la cobertura móvil. Poco después, que el apagón era generalizado, primero en España y Portugal, pero luego también en el sur de Francia y Andorra. Aunque si uno acudía a los medios franceses, podía comprobar (en caso de poder conectarse) que lo de Francia se prolongó tan solo unos minutos. Algunos pueblos del País Vasco francés estaban conectados a la red eléctrica española y, en cuanto se descubrió el apagón, se conectaron a la vía francesa. Todo arreglado. Lo de Andorra fue todavía menor. Según FEDA, suministrador de energía en el país, el corte duró apenas "10 segundos, el tiempo necesario para activar el automatismo y alimentarse de la red francesa". En muchas cuentas en redes sociales comenzó a hablarse de Países Bajos, Grecia, Italia, Alemania, incluso Finlandia. Nada era real, pese a que algún medio también cometió el error de creérselo, algo que extendió el crédito de un apagón masivo en Europa. Pero no pasó nada de eso.

Lo cierto es que, durante las primeras horas nadie, ni siquiera el Gobierno, sabía lo que había ocurrido. Media hora después de la caída total del suministro, desde Red Eléctrica comunicaron que se habían activado "planes de reposición [...] en colaboración con las empresas del sector tras el cero ocurrido en el sistema peninsular". "Se están analizando las causas y se están dedicando todos los recursos para solventarlo", añadieron. Era la primera información oficial. A la misma hora, ADIF informó que "una incidencia que afecta al suministro eléctrico mantiene interrumpido el tráfico ferroviario en toda la red". A las 13.29 horas, una hora después del inicio del apagón, la Vicepresidencia de Transición Energética anunció que la ministra Sara Aagesen se había "desplazado al centro de control de Red Eléctrica para conocer de primera mano la situación y hacer el seguimiento del incidente". La acompañó, entre otros, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Nadie en ese momento sabía nada. Los esfuerzos estaban en "recuperar la normalidad".

A las 15.56, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, escribía en la red social X que acababa de hablar con Sánchez. Dijo, de manera literal: "He reafirmado el apoyo de la Comisión Europea en el seguimiento de la situación con las autoridades nacionales y europeas y nuestro Grupo de Coordinación Eléctrica. Coordinaremos esfuerzos y compartiremos información para ayudar a restaurar el sistema eléctrico y hemos acordado mantenernos en estrecho contacto". Eso fue lo que escribió. Nada más. Y, sin embargo, casi dos horas antes, a las 14.19 horas, el eurodiputado y propagador de bulos Alvise Pérez aventuró en X que Von der Leyen había "culpado implícitamente a Rusia". Antes, a las 13.55 horas, en su canal de Telegram se podía leer lo siguiente: "Según indican desde la CNN, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha asegurado en rueda de prensa que se trata de un ataque directo a la soberanía europea, señalando a Rusia". Ni Von der Leyen dijo tal cosa, ni la CNN recogió nada de eso. Cero.

Otro de los habituales en esto de la desinformación, y allegado a Alvise Pérez, Vito Quiles, se sumó a los engaños. A las 16.22 horas, Quiles escribió que "hospitales como el Rey Juan Carlos (Móstoles) suspenden todas las cirugías y pruebas de hoy", sin tener en cuenta que una hora antes, a las 15.39 horas, Salud Madrid informaba que "la asistencia en los centros sanitarios públicos de la Comunidad de Madrid está garantizada". "Las urgencias se están atendiendo con normalidad. Se han aplazado las cirugías no urgentes, que serán reprogramadas cuando se normalice el servicio eléctrico", avisaron. Ni rastro de una suspensión generalizada.

Ni siquiera las grandes y más fiables agencias de noticias, como Reuters, pudieron librarse de los bulos. A lo largo del día, Reuters difundió que la homóloga portuguesa a Red Eléctrica Española atribuía el apagón a una “vibración atmosférica”, a un “fenómeno atmosférico raro” en el interior de España que habría alterado el suministro. No mucho después, la red energética de Portugal negó tal afirmación y Reuters se vio obligada a retirar las alertas y las noticias sobre el tema.

La primera comparecencia del Gobierno no se produjo hasta pasadas seis horas desde el inicio del apagón, algo más tarde de las 18.00 horas. Aunque entonces el presidente, Pedro Sánchez, tampoco confirmó ninguna teoría y pidió prudencia, en muchos ámbitos políticos, como en Vox, ya habían aprovechado la coyuntura para dar peso a sus políticas negacionistas del cambio climático. ¿La culpa? De las renovables. ¿La solución? Las nucleares. También desde el Partido Popular. Sus juventudes, Nuevas Generaciones, dijeron que "la política energética sesgada por la ideología izquierdista deja facturas" como la del apagón. Insistieron en ello aun cuando un día después Sánchez aseguró que "quienes vinculan el incidente a la falta de nucleares francamente mienten o demuestran su ignorancia". "Los ciudadanos deben saber que durante esta crisis las centrales nucleares, lejos de ser una solución, han sido un problema porque estaban apagadas y ha sido necesario desviar a ellas grandes cantidades de energía para mantener sus núcleos estables", dijo Sánchez.

Para sustentar sus posturas, los grupos ultras hicieron uso de la hemeroteca. En concreto, de un vídeo del propio Sánchez en 2022 en el que manifestaba que no habría "apagones de electricidad ni razonamiento de bombonas de butano". El recurso, no obstante, estaba sesgado. El presidente del Ejecutivo se refería entonces a posibles fallas en el suministro a causa de la guerra en Ucrania. Tampoco ayudó, sin embargo, que hace apenas unos días la propia Red Eléctrica Española negase en X la posibilidad de un apagón cuando existían informes que, aunque remota, sí lo contemplaban.

En política, cada vez es más obvio, es difícil ver escenas como la de la película Sócrates, de Roberto Rossellini, en concreto esa en la que el filósofo responde así a quien le pregunta "qué diablos sabe que no sepan otros". "¿Que sé yo que no sepan otros? Pues que no sé nada", aventura la película.

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