Extrema no mucho, pero dura un rato: los momentos clave de la noche del cierre de campaña en Extremadura
Pedro Sánchez acusa a María Guardiola de avivar el "fantasma del pucherazo" y de "tapar" los escándalos de acoso del PP, mientras la líder regional cierra campaña con un perfil mucho menor y con apariciones más reducidas tras los últimos episodios.

Hasta aquí llegó la campaña electoral en Extremadura. Dos semanas de programa oficial y algunas más de precampaña para situar a los extremeños al pie de las urnas con una lectura tanto más nacional que regional. Porque si se ha hablado mucho de Badajoz y Cáceres, también se ha hablado de Madrid, de Andalucía, de La Moncloa y aún más de los episodios de acoso y los casos de corrupción que han salpicado la actualidad política. Todo ello ha tenido reflejo en el cierre de campaña este viernes, fin de fiesta preelectoral.
Mucho más 'nacionalizado' por el PSOE, Pedro Sánchez incluido, la contienda la ha tomado el PP de un modo más personalista, sin tanto Feijóo y apostándolo todo a su candidata y presidenta regional, María Guardiola, que ha acabado casi desaparecida. La líder regional ha cerrado su agenda en tono menor y tras no participar en el debate de RTVE del jueves, ha acabado con un acto más reducido sin apenas carga política luego de varios escándalos que han complicado una campaña que se le antojaba muy favorable.
Por los lados aparecen dos partidos que igualmente han marcado la campaña y que aspiran a ser algo más que grupos de relleno en el Parlamento. La ultraderecha de Vox como posible complemento a Guardiola si el PP no llega a la mayoría absoluta y Unidas por Extremadura, a la caza reconocida del "voto de izquierdas" ante el previsible hundimiento socialista.
Guardiola pide a su gente no confiarse
Favorita clarísima a la victoria según todas las encuestas, la pelea de María Guardiola parecía más enfocada a lograr la mayoría absoluta para no depender de Vox. Esquivando las polémicas en un acto mucho más recogido de lo habitual para un cierre de campaña, ha defendido haber venido "a trabajar".
"A nosotros no nos importan los sillones, lo hemos demostrado, y ahora vamos a obtener la recompensa en las urnas para seguir trabajando para todos los extremeños", como ha defendido en el Pabellón Las Palmeras en Badajoz, con una zambomba flamenca.
Sin Feijóo y rodeado de sus leales en Extremadura, apenas ha tomado la palabra unos minutos para "agradecer" la labor de todo su equipo y el "cariño" de "nuestra gente" en lo que ha denominado "una campaña en positivo". Sí ha pedido un último esfuerzo a su electorado para "que nadie se quede en casa" y consolidar unas expectativas de las que no es ajena.
Sánchez (y Gallardo) al ataque contra Guardiola y el PP
Desde la Villanueva de la Serena natal de Miguel Ángel Gallardo, el candidato socialista y el presidente del gobierno y secretario general, Pedro Sánchez, han llamado a la "victoria", ajenos a la expectativa de un batacazo del PSOE en la noche del 21-D. Entre lo local y lo nacional, ambos han atacado al PP y a María Guardiola entre acusaciones de "alimentar la teoría del pucherazo" y "callar" los últimos escándalos.
Para Sánchez, el de María Guardiola "es el PP de siempre, solamente les valen los resultados electorales cuando ganan y si no, es un pucherazo". Sobre el caso del chófer de la presidenta, que resultó ser su primo y resultó estar condenado por maltrato y sobre la denuncia contra el alcalde 'popular' de Navalmoral de la Mata, el presidente del Gobierno ha ironizado con que la líder extremeña "no se ha enterado". Pero sí sabía, ha continuado, "antes que la Guardia Civil", de que "un robo de unos delincuentes comunes era todo un pucherazo", en referencia al robo de una caja con 124 votos en una oficina de Correos por parte de una banda de ladrones.
Según Sánchez, Guardiola trata de "tapar sus escándalos de abuso y acoso laboral propagando el bulo del pucherazo" la misma táctica que cree que aplican Díaz Ayuso o Juanma Moreno. Burlón, entre anécdotas y sin meterse en la actualidad del partido, ha dedicado parte de su discurso a reírse de los lapsus de Núñez Feijóo para acabar con un "pero qué paciencia hay que tener con esta derecha!".
Justo antes hablaba el candidato del PSOE. Miguel Ángel Gallardo se ha ofrecido a ser "un alcalde para Extremadura" por su cercanía, ante un PP que "hace negocio con los servicios públicos"
Abascal se lo toma como un asunto personal
Otro que ha estado muy metido, casi por completo, en la contienda extremeña ha sido Santiago Abascal. Desde Badajoz ha ofrecido la papeleta de Vox como equilibro ante "la corrupción de unos y otros", con una promesa no demasiado 'extremeña' pero sí resonante. Que pronto Pedro Sánchez "estará en la cárcel" porque Vox "lo va a sentar en el banquillo".
Ironizando sobre la relación de Sánchez con Ábalos, Cerdán y Koldo ha seguido en tono burlón con los de Feijóo, apuntando que al menos los populares fueron "más refinados" en su corrupción frente a la "corrupción chusca" de los socialistas. Sobre las acusaciones de irregularidades en la asociación juvenil afín a Vox, Revuelta, ha sido menos humorístico y se ha limitado a insistir en ser "ejemplo de honradez, vigilancia, exigencia y transparencia".
Ya sobre Extremadura, Abascal ha recordado que "la suerte no está echada" y que un voto a su formación propiciaría "un gran cambio", con la esperanza de ser el partido que más crecerá y poder ser clave en la investidura de María Guardiola.
Unidas por Extremadura, contra la "mochila" y el "bochorno" de Gallardo
Para la candidata de Unidas por Extremadura, Irene de Miguel, la esperanza pasa por un acuerdo entre las dos formaciones de izquierdas pero liderada por ella, ya que el PSOE "se merece un líder mejor" que un Gallardo "con una mochila enorme".
"No es solo por su proceso judicial, sino por el bochorno que nos ha hecho sufrir con su aforamiento", ha añadido De Miguel, para quien Gallardo "tendrá que hacer alguna reflexión" tras lo que ocurra el 21-D, asumiendo que el PSOE caerá con estrépito. Al candidato socialista ha dedicado buena parte de su intervención final, con el convencimiento de que la "mochila" de Gallardo "es incompatible para llegar a acuerdos con fuerzas progresistas como la nuestra".
Así, ha ofrecido a "la gente progresista" una opción "darse un gustazo y votar a una fuerza sin corrupción, feminista, sin complejos, y que va a luchar por la soberanía de esta tierra".
