Sánchez no puede convocar elecciones generales aunque dimita el próximo lunes

Sánchez no puede convocar elecciones generales aunque dimita el próximo lunes

Un presidente sólo puede llevar al país a nuevas generales cuando haya transcurrido al menos un año de la última disolución de las Cortes

El presidente del Gobierno, Pedro SánchezGetty Images

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha decidido cancelar unos días su agenda pública para reflexionar si renuncia o no a la jefatura del Ejecutivo tras la denuncia contra su esposa, Begoña Gómez, y comunicará su decisión en una comparecencia pública el próximo lunes, 29 de abril.

Sánchez ha comunicado esta decisión en una carta a la ciudadanía que ha hecho pública a través de la red social X después de que un juzgado de Madrid haya abierto diligencias de investigación contra Gómez por la supuesta comisión de delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios tras la denuncia de Manos Limpias.

El jefe del Ejecutivo lamenta el ataque "sin precedentes" contra su esposa y se pregunta si merece la pena seguir soportando esta situación. Una pregunta a la que se responde asegurando que no lo sabe y, por ello, señala que necesita "parar y reflexionar" con su esposa.

"Me urge responderme a la pregunta de si merece la pena, pese al fango en el que la derecha y la ultraderecha pretenden convertir la política. Si debo continuar al frente del Gobierno o renunciar a este alto honor", añade Sánchez.

Aunque Sánchez tomara la decisión de renunciar a la presidencia del Gobierno, el líder socialista no podría convocar todavía elecciones generales. La Constitución establece en su artículo 115 que no se puede proceder a una disolución de las Cortes "antes de que transcurra un año desde la anterior". 

La razón teórica de esta limitación es evitar un abuso de la facultad disolutoria que compete al Presidente del Gobierno. Se quiere impedir que el Ejecutivo pueda eludir su control y supervisión por las Cámaras recurriendo a algo tan sencillo como hacerlas desaparecer mediante el expediente de la disolución.

De esta manera, Sánchez no puede convocar elecciones generales hasta el 29 de mayo de este año, justo cuando se cumplirán 365 días de la convocatoria de generales del año pasado y que dieron paso a la celebración del 23-J.

¿Qué pasa si dimite un presidente?

En caso de dimisión o fallecimiento del presidente del Gobierno, todo el Gobierno cesa, pero se mantiene en funciones hasta la toma de posesión de un nuevo Gobierno, como establece el artículo 101 de la Constitución española. Según lo dispuesto por la Ley del Gobierno, las funciones del presidente son asumidas por los vicepresidentes o, en su defecto, por los ministros. En tal caso, se inicia el procedimiento para la investidura de un nuevo presidente del Gobierno.

Solamente en una ocasión se ha producido la dimisión del presidente del Gobierno en la España democrática actual: en 1981 Adolfo Suárez, el primer presidente de la democracia, dimitió y Leopoldo Calvo-Sotelo fue investido.

Si el candidato propuesto no lograra ser investido, arrancaría un plazo de dos meses en el que nuevos candidatos propuestos por el rey pueden optar a la Presidencia. Si tras estos dos meses ningún candidato consigue la confianza del Congreso las Cortes se disuelven de forma automática y se convocan nuevas elecciones generales.

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Soy jefe de Hard News en El HuffPost España. Coordino la cobertura de actualidad política con la misión de explicar lo que pasa en España y en el mundo de una manera directa, clara y comprometida para una audiencia exigente y crítica como la nuestra. Puedes contactar conmigo a través de un correo a javier.escartin@huffpost.es

 

Sobre qué temas escribo

Me dedico a informar sobre la actualidad política en España, poniendo el foco en las decisiones del Gobierno, los movimientos de la oposición y el funcionamiento tanto del Congreso de los Diputados como de los partidos políticos. Creo que la política no es algo lejano, sino que influye directamente en la vida de cada persona: desde la aprobación de una ley de vivienda hasta una reforma laboral. Por eso trato de contar la vorágine política de una manera clara y accesible, sin perder la profundidad que exige cada asunto. Me interesa especialmente abordar temas que despiertan inquietud ciudadana, como la corrupción, la vivienda o la transparencia de las instituciones, y hacerlo siempre con una mirada crítica y social. Entiendo el periodismo político no como una mera narración de lo que ocurre, sino como un ejercicio de contexto y responsabilidad que ayude a la gente a entender por qué esas decisiones afectan a su día a día. Y como todo el mundo tiene su lado freak también me gusta mucho el Festival de Eurovisión, que llevo cubriendo para diferentes medios desde el año 2009. Quizá, algún día, pueda contar la victoria de España en el certamen...

 

Mi trayectoria

Nací en Zaragoza, pero en 2005 me mudé a Madrid para estudiar periodismo en la Universidad Carlos III. Antes de El HuffPost, trabajé nueve años en ABC, cuatro en COPE y un año en Mediaset. Previamente, de una manera más aficionada, escribí sobre cine y la temporada de premios en Hollywood e hice una serie documental sobre el Camino de Santiago que se llamó "Diario de un peregrino".

 


 

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