Adiós al bar de pueblo con 100 años de antigüedad y una bonita historia con El Gran Wyoming y Maribel Verdú
Un local que fue refugio para distintas generaciones de vecinos.

Cada municipio es un mundo y aunque todos puedan parecer muy distintos entre sí, lo cierto es que la gran mayoría tienen algo en común: un establecimiento con alma que ha sido testigo y partícipe del devenir de su entorno. Más que un simple local, estos espacios se erigen como centros neurálgicos donde se han forjado amistades y cuyas paredes están tan cargadas de historia que ya forman parte de la identidad local.
En los últimos meses, el municipio navarro de Tudela ha visto cómo su establecimiento más emblemático perdía la luz que tanto lo caracterizaba. El bar Aragón ha cerrado sus puertas después de casi siglo y medio de servicio ininterrumpido, desde que en 1876 abrió como despacho de pan y vino. Este negocio estaba ubicado en la Plaza de los Fueros 15, en el corazón de la localidad, tanto física como emocionalmente.
Fundado a finales del siglo XIX, el bar Aragón se convirtió en un verdadero refugio para generaciones de vecinos y visitantes, así como en un espacio donde convergían historias, anécdotas y momentos inolvidables. Sin embargo, el pasado 30 de diciembre se vio obligado a echar el cierre por la jubilación de sus dueños, Boris Aceña Schames y Puri Fernández, y ante la ausencia de un relevo familiar.
El fin de una era
El bar Aragón no solo fue reconocido por su ambiente acogedor y su rica gastronomía, sino también por haber acogido a señaladas personalidades del mundo del espectáculo. Entre ellas, destacan las visitas de El Gran Wyoming, conocido por su humor e ingenio, y de Maribel Verdú, con su indudable carisma. Ambos ayudaron a consolidar la fama del bar, convirtiéndolo en un punto de encuentro para quienes buscaban disfrutar de buena compañía y un ambiente desenfadado.
Al contar con una vida de casi un siglo y medio, el local ha tenido varios nombres a lo largo de su historia. Primeramente fue un despacho de vino y pan, pero en 1914 pasó a ser conocido como Durban, hasta que en 1931 adoptó el nombre actual de bar Aragón. Además, no se trataba de una simple taberna más, ya que en la primera planta se encontraba el restaurante y en la planta baja se escondía la discoteca más antigua de Tudela.
El cierre del bar ha generado una profunda melancolía entre sus clientes habituales, quienes han visto en este espacio no solo un negocio, sino todo un símbolo de identidad y tradición. Aunque el cierre marque el fin de una era, el legado del bar Aragón perdurará en la memoria colectiva de Tudela de forma indefinida. Su historia sigue siendo fuente de inspiración y orgullo para todos aquellos que tuvieron la suerte de poder disfrutar de este emblemático local.
