Analizan el plan de EEUU puede poner en peligro la base militar de Rota y la perspectiva es inquietante
Es una base clave para la OTAN.

La base naval de Rota, en la costa gaditana, podría pasar de ser un símbolo de cooperación militara ser el epicentro de una nueva tensión geopolítica. Se trata de la posibilidad de que Estados Unidos reduzca su presencia militar en Europa con el regreso de Donald Trump, según alerta el Financial Times.
Rota no es una instalación cualquiera. Allí se encuentran unos 2.800 militares estadounidenses. Además cuenta con cinco destructores de misiles y las mayores reservas de armas y combustible del Pentágono en Europa. Asimismo, forma parte esencial del escudo antimisiles de la OTAN, diseñado para proteger al continente europeo frente a amenazas balísticas.
Establecida en 1953 bajo el acuerdo entre Eisenhower y Franco, la base ocupa una posición estratégica en el mapa militar mundial. Se ubica cerca del Estrecho de Gibraltar, lo que facilita operaciones en el Mediterráneo, el norte de África y Oriente Medio.
El regreso de Trump y el giro hacia el Indo-Pacífico
La reducción de la presencia estadounidense supondría un duro golpe económico y social para el municipio y la Bahía de Cádiz en general, donde la base ha sido motor económico durante décadas.
La economía local de Rota depende en su mayoría de la base militar. En concreto, se calcula que genera el 60% de la actividad económica del municipio. Sin embargo, su alcalde, Javier Ruiz Arana, ha querido tranquilizar a los ciudadanos asegurando que de momento, todo funciona con normalidad y que además se están ampliando las instalaciones.
Sin embargo, fuentes del Pentágono apuntan a que la presión geopolítica y el viraje estratégico hacia el Indo-Pacífico podría provocar una reubicación de recursos estadounidenses hacia nuevas bases, incluso fuera del continente europeo, mencionando a Marruecos como opción emergente.
Rumbo a una defensa europea más autónoma
Este posible cambio de escenario ha reavivado el debate sobre la autonomía estratégica europea. Aunque el escudo antimisiles es considerado por la OTAN como un recurso colectivo, su operatividad depende en gran parte de EE.UU. Una retirada obligaría a Europa a asumir un rol más activo y autosuficiente en defensa.
Mientras tanto, en la comunidad militar de Rota, las familias estadounidenses siguen con atención los informes. Algunos confían en ajustes menores, otros temen decisiones más drásticas, aunque todavía no hay nada definitivo.