Crecerán frutos más jugosos: haz esto en abril para llegar a la temporada
Son simples trucos que te permitirán disfrutar de uno de los frutos del bosque más populares del verano.

Los arándanos son de los alimentos más famosos en verano. Jugosos, dulces y versátiles, pueden consumirse frescos o usarse en una amplia variedad de recetas, como batidos, pasateles, mermeladas o salsas para acompañar a otros postres. También son una excelente fuente de vitaminas, minerales y antioxidantes, lo que los convierte en un alimento saludable y delicioso.
El arándano (Vaccinium corymbosum) es originario de América del Norte, donde crece naturalmente en áreas pantanosas y boscosas de EEUU y Canadá. Su cultivo comercial comenzó a principios del siglo XX, y su popularidad se extendió rápidamente a Europa. Actualmente, es uno de los arbustos frutales más cultivados, tanto en jardines particulares como en grandes plantaciones.
Cómo sacarles el máximo partido
Si tienes arándanos en tu jardín, es esencial que sepas cómo cuidarlos para asegurar una cosecha abundante y de calidad. Este fruto del bosque comienza a florecer en abril y mayo, en función de la variedad y las condiciones climáticas. Las flores, pequeñas y en forma de campana, pueden ser blancas o rosadas y son muy atractivas para las abejas, lo que facilita la polinización.
Los frutos maduran entre julio y septiembre, con las variedades tempranas produciendo bayas a mediados de julio, mientras que las tardías pueden extender la cosecha hasta septiembre. Lo interesante es que los arándanos maduran de manera gradual, lo que permite recolectarlos durante varias semanas.
Para que los arándanos den una cosecha abundante, es fundamental que crezcan en condiciones específicas. En primer lugar, necesitan una ubicación soleada y cálida para prosperar. Asimismo, deben estar protegidos de los vientos fuertes que podrían dañar los brotes delicados.
En cuanto al suelo, los arándanos prefieren terrenos ácidos, con un pH entre 3,5 y 5,5. No toleran suelos alcalinos, por lo que es importante acidificar la tierra utilizando materiales como turba ácida o agujas de pino. Además, el suelo debe ser ligero y permeable, evitando aquellos terrenos pesados que retienen demasiada agua.
El riego regular es otro factor crucial, ya que los arándanos tienen un sistema radicular poco profundo y pueden perder agua rápidamente. Es importante mantener el suelo húmedo, pero sin encharcarlo, ya que el exceso de agua puede provocar la pudrición de las raíces.
Por otra parte, aunque los arándanos son autopolinizadores, es recomendable plantar varias variedades cerca para mejorar la polinización cruzada, lo que resulta en una cosecha más abundante.
El mes más importante para obtener unos arándanos jugosos es abril, cuando se debe podar las ramas viejas, eliminar las malezas y fertilizar con compost o abonos ricos en nutrientes. Con estos simples cuidados, tus plantas estarán listas para florecer y producir deliciosos frutos durante la temporada.
