Desahucian a un hombre tras una deuda de 22.000 euros de alquiler y él les deja una cara sorpresa repleta de peces
A los dueños de la vivienda les está costando mantener a los animales 55 euros cada dos días.

Historia surrealista en Francia. A finales del mes de octubre, un hombre recibió una orden de desahucio para abandonar una vivienda del municipio de Narbona en la que acumulaba una deuda de 22.000 euros al no pagar el alquiler.
Sin embargo, el inquilino les ha dejado a los propietarios una sorpresa en casa que les está saliendo bien cara: un acuario lleno de peces tropicales cuyo mantenimiento están teniendo que costear.
Tal y como ha contado la familia propietaria del inmueble al medio de comunicación francés L’Indépendant, "en cuanto nos enteramos, presentamos una denuncia formal por abandono de animales. A pesar de haber ganado el juicio, tenemos prohibido entrar en nuestra casa durante dos meses para que el antiguo inquilino pueda desalojarla". Únicamente el alguacil tiene acceso a la vivienda, al que le están teniendo que pagar 55 euros cada dos días para que alimente a los peces.
El inquilino que ha dejado como regalo envenenado ese acuario repleto de peces era un comerciante. Los dueños decidieron alquilarle la casa a él debido a que había sido recomendado por un familiar. Al comienzo, concretamente durante el primer año de alquiler de la vivienda, todo iba bien. El individuo parecía ser fiable y realizaba el pago del alquiler de forma puntual cada mes. Pero un tiempo después todo cambió.
"Después del segundo año, dejó de pagarnos por transferencia bancaria y empezó a pagar en efectivo. Esto se prolongó durante un tiempo, y luego, en enero de 2024, prácticamente no pagó nada. Sin embargo, en abril y junio recibimos cheques a nombre de otra persona", han contado los propietarios del inmueble a L’Indépendant.
En noviembre de 2024, el inquilino fue llevado ante la justicia. "En cada ocasión, se presentó sin documentos, sin justificante de ingresos y sin abogado, alegando que saldaría sus deudas en cuanto le liberaran el dinero en el extranjero", han asegurado los dueños de la vivienda.
Finalmente, el juez dictaminó que existía mala fe por parte del individuo y que la mencionada deuda de 22.000 euros (acumulada durante dos años) justificaban que el inquilino fuera desalojado.
