El aeropuerto 'fantasma' de España en el que te recibe un gigantesco hombre avión
Una terminal con una fama que le persigue desde su inauguración.

España destaca por contar con una red de aeropuertos de primer nivel que cumplen a la perfección con todas sus funciones, ofreciendo a los viajeros una experiencia cómoda, eficiente y asequible. Entre la amplia oferta nacional, una de estas terminales sobresale por una leyenda que le acompaña desde el día de su inauguración ya que, pese a funcionar con normalidad, se le conoce por una razón peculiar.
Estamos hablando del Aeropuerto de Castellón–Costa Azahar, inaugurado oficialmente el 25 de marzo de 2011, que sigue viviendo instalado en la leyenda de ser el “aeropuerto fantasma” de España. Pese a ser una infraestructura diseñada para recibir decenas de vuelos diarios y una inversión pública que supera los 150 millones de euros, apenas registra un promedio de 300 pasajeros al día y escasas operaciones regulares.
Se ha ganado esta fama ya que permaneció años sin permisos de vuelo ni aerolíneas operando, con su pista, terminal y torre de control desiertas y casi sin pasajeros, convirtiéndose en símbolo del derroche público y la mala planificación en plena crisis económica. Aunque ahora ha experimentado un aumento en el tráfico de pasajeros con la llegada de aerolíneas como Ryanair, el estigma de “fantasma” persiste en la memoria de muchos.
Una escultura peculiar
A la entrada de la terminal, el visitante se topa con “El hombre avión”, una escultura monumental de Juan Ripollés encargada en 2012 por el entonces presidente de la Diputación, Carlos Fabra. Originalmente fue concebida para medir 8 metros y contaba con un presupuesto de 300.000 euros, pero finalmente la obra fue ampliada hasta 24 metros de altura y 33 toneladas de peso, con un coste final de 427.000 euros.
Fue el propio Ripollés quien asumió personalmente los 127.000 euros de sobrecoste, coronando la escultura con un avión en vuelo despegando de la cabeza de la figura. Hoy esta obra de arte, tan reconocida y polémica a partes iguales, se puede apreciar en la rotonda de acceso al aeropuerto. En cuanto a la terminar se refiere, el proyecto arrancó en 1996 y vio culminar sus obras en 2010, pero no recibió todos los permisos de navegación hasta diciembre de 2014.

El primer vuelo comercial despegó en enero de 2015, y no fue hasta septiembre de ese mismo año cuando comenzaron a operar rutas regulares, en su mayoría con aerolíneas de bajo coste como Ryanair o Volotea. Con el tiempo este aeródromo se ha convertido en un recordatorio de cómo, aun con talento y recursos, las organizaciones pueden fracasar si carecen de cohesión en la gestión pública.
